Tiene madera de mujer fuerte y emprendedora, y no sólo porque la materia prima de su negocio sea esa, la madera, sino porque su carácter luchador y su resistencia hablan de ella sin que se percate.

Susana tiene un negocio de venta de casas de madera desde hace más de un año y en el que se metió casi de casualidad. "Mi padre es ebanista, tiene una carpintería, y un buen día decidió hacerse una casita de madera por su cuenta. Entonces la gente empezó a preguntarle y a interesarse por lo que había hecho. Fue así como decidí montar mi empresa".

Sin pensárselo dos veces, cogió la representación en Huelva de un fabricante en este tipo de actividad y, en la misma parcela de terreno donde su padre tiene la carpintería, levantó su pequeño negocio. "Lo bueno es que es un sector poco explotado en el que apenas había competencia por aquel entonces. Además, el hecho de que en terreno rústico no se pueda edificar y el parón que ha sufrido la construcción en ladrillo en los últimos tiempos, me han beneficiado".

Susana confiesa que su clientela es de lo más variada: "igual vienen personas mayores que quieren vivir tranquilos en una casita en el campo, que la típica pareja de jovencitos que no desea estar esclavizados toda su vida con una hipoteca".

Aunque su lugar de trabajo se encuentra un poco alejado de la capital, concretamente en la carretera de la Alquería, a Susana no le pesan los kilómetros recorridos, si bien echa de menos tener algo de tiempo libre para ella. "Tengo un niño de cuatro años, soy autónoma y tengo que llevar una casa adelante. No me queda tiempo para nada más".

Entre las aficiones de nuestra empresaria destaca una, el baile flamenco, aunque también le apasionan otras actividades más relacionadas con su profesión como, por ejemplo, el diseño y la decoración de interiores.

Para resumir el espíritu de superación de Susana basta con una frase: "soy muy nerviosa e inconformista y me gusta ponerme metas y superarlas" .