Huelva

El fiscal pide 11 años de prisión por reclamar fotos sexuales a una niña

  • J.C.B.F. sustrae imágenes íntimas de la exnovia de su hijo de un móvil y las usa para chantajearla

La Guardia Civil analiza imágenes de pornografía infantil en otra investigación.

La Guardia Civil analiza imágenes de pornografía infantil en otra investigación. / h. información

Once años de prisión, 6.600 euros de multa y 5.000 euros de indemnización para la víctima. Es la petición de pena formulada por la Fiscalía de Huelva para J.C.B.F. por coaccionar a una menor para que le remitiera fotografías propias de índole sexual en 2016, dándose además la circunstancia de que la adolescente había sido pareja de su propio hijo. Así lo refiere la acusación pública en el escrito al que ha tenido acceso Huelva Información en primicia, y en el que le imputa delitos contra la intimidad, de coacciones y de elaboración de pornografía infantil.

En el escrito remitido recientemente al Juzgado de Instrucción 1 de Aracena -que se ha encargado de investigar el asunto-, el fiscal Alberto Campomanes indica que J.C.B.F., mayor de edad y sin antecedentes penales, conoció a la víctima en el verano de 2015. Ella es natural de Aracena y el acusado recalaba en la localidad serrana en periodos vacacionales junto con su hijo, que mantuvo una "fugaz relación sentimental" con la adolescente, menor de edad en la fecha de los hechos, cuando tenía 17 años.

Se le imputan delitos de elaboración de porno infantil, coacciones y contra la intimidad

La víctima, en el transcurso de la relación que mantuvo con el hijo de este individuo (incluso a distancia durante un tiempo), llegó a enviar a su novio "varias imágenes propias de carácter provocativo sexual utilizando aplicaciones de mensajería móvil".

Una vez que la relación entre los jóvenes se rompió, el chico no borró la fotografías de su teléfono móvil. Así que después de aquel verano pero antes del 15 de enero de 2016, "en una fecha no determinada", el acusado accedió al terminal y localizó las instantáneas.

Refiere el Ministerio Público en este punto que J.C.B.F. era "sabedor" de que la víctima en ese momento todavía no había alcanzado la mayoría de edad. Tenía sólo 17 años.

Pese a todo, se aprovechó de "la confianza familiar que le permitía el manejo del teléfono a su hijo sin levantar sospechas". De este modo fue cómo se apoderó de las fotografías, "extrayéndolas y enviándolas al suyo propio con el propósito de irrumpir en la intimidad ajena que su hijo y la víctima habían compartido".

Entre los meses de enero y mayo de 2016, J.C.B.F. "contactó de manera reiterada" con la chiquilla. Su intención, a juicio de Campomanes, era "coartar su indemnidad sexual y su libertad personal para satisfacer su apetito sexual".

Entonces fue cuando decidió exigir a la exnovia de su vástago "que le enviara fotografías propias en las que apareciera desnuda, en planos, poses y realizando prácticas sexuales que él indicaba". No contento con la reclamación, le dejó claro a la adolescente que si no le enviaba el material solicitado, "iba a difundir esas imágenes y decir a sus padres que había mantenido relaciones sexuales con otras personas".

Y fue un paso más allá, según el relato de la Fiscalía: "Iguales represalias dirigió a la menor para el caso de cesar las conversaciones con él o no revelarle informaciones relacionadas con su intimidad y experiencias sexuales". La tenía, según se desprende del escrito, totalmente acorralada.

De esta forma consiguió que la víctima "no ignorase sus peticiones y conversaciones". Ella se vio tan apabullada que le llegó a enviar "ocho imágenes en las que ella mostró su cuerpo desnudo, en las posturas y planos de J.C.B.F. exigía". En alguna de estas instantáneas la chiquilla se vio obligada a fotografiar sus genitales en el modo que el ahora acusado le requería.

El fiscal recalca en su acusación que "la víctima tomó y envió estas fotografías propias obligada por J.C.B.F., dominada por el temor de que él revelara a sus padres los secretos de naturaleza sexual que de ella conocía". También la inquietaba que el padre del que fuera su pareja "difundiera las imágenes que ya poseía".

El ataque ha tenido consecuencias psicológicas para la adolescente, que ha padecido "sentimientos de humillación, desasosiego y ansiedad".

El Ministerio Público imputa a este hombre un delito contra la intimidad, por el que le pide cuatro años de prisión y una multa de 6.600 euros; otro delito de coacciones, por el que solicita la imposición de tres años de reclusión; y otro delito de elaboración de pornografía infantil, por el que el acusado se enfrenta a cuatro años más de condena, cinco años de libertad vigilada y la inhabilitación especial para el ejercicio de cargo público, empleo o profesión que implique el contacto habitual con menores de edad durante seis años. Además, debería indemnizar a la víctima con 5.000 euros por los daños morales ocasionados y asumir las costas del procedimiento.

Este hombre fue detenido y puesto a disposición judicial cuando se descubrió el asunto, aunque se encuentra en libertad con cargos, a la espera de la vista oral. La Fiscalía prevé que el juicio por este caso no se celebrará hasta finales de este año en un Juzgado de lo Penal de Huelva, puesto que ahora, una vez formulada la acusación, el titular del Juzgado de Instrucción 1 de Aracena ofrecerá a la víctima que se persone como acusación particular. Luego la defensa podrá formular su escrito.

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