Huelva

Los extranjeros gastan un 23% menos en alimentos frescos que los onubensesHuelva ya tiene comercios con más clientes extranjeros que nacionales

  • Los inmigrantes destinan unos de 3.700 euros al año en sus compras, un 8 por ciento menos que el resto de consumidores · Los dulces destacan en la cesta de la compra del colectivo, para el que el precio es lo más importante a la hora de elegirLas tiendas impulsadas por inmigrantes logran buena acogida entre los onubenses

Los extranjeros se suman a la población de Huelva y también al consumo diario, aunque con hábitos diferentes que se reflejan en la cesta de la compra y también en su coste. Anualmente, los hogares extranjeros destinan 3.679 euros para productos de gran consumo frente a los 4.010 euros que se reservan en el resto de hogares. ¿La diferencia fundamental? La escasa presencia de productos frescos en su cesta de la compra y la gran afición de los extranjeros por los dulces, pastas y harinas, según un estudio realizado por TNS Worldpanel.

Cinco de cada cien habitantes de la provincia de Huelva son de nacionalidad diferente a la española y eso ya se nota en los pasillos de los supermercados, que comienzan a adaptarse a la demanda de este colectivo. Gastan un 8 por ciento menos que el resto de consumidores. Una reducción que llega de la mano del déficit que existe de productos frescos perecederos en sus compras, cuyo gasto al final del año es un 23 por ciento inferior al del resto de hogares, ya que se calcula que la media que destinan a esta partida es de 1.716 euros (395 euros menos que en los hogares nacionales). Esta partida se ve compensada por la inversión que realizan en productos envasados y bebidas, a los que destinan el 33 por ciento de su presupuesto, cuando el resto de consumidores le reserva algo más del 28 por ciento.

Al final, el gasto total es similar al de cualquier onubense, aunque están notando menos las continuas subidas en los alimentos básicos de la dieta mediterránea gracias a las particularidades de sus hábitos alimenticios, que llevan a que, por ejemplo, el aceite de oliva desaparezca de sus listas de la compra en beneficio de las grasas y la nata líquida hasta el punto de que el consumo del primero cae en este colectivo un 37 por ciento, frente al incremento del 74 por ciento la nata o del 26 por ciento de la margarina, más acordes con sus gustos y también más económicos que el aceite de oliva. Tampoco consumen pan fresco, aunque sí de molde.

Pocos extranjeros toman legumbres y también en pocos carros de la compra de este colectivo se encuentran verduras frescas, lo que les anima a acudir a los mercados más de tarde en tarde y a cargar más los carros que el resto de consumidores. Y además lo hacen con productos más económicos.

De hecho, para los extranjeros resulta decisivo el precio, hasta el punto de que una cuarta parte de ellos reconoce que es lo más importante cuando tiene que elegir entre dos productos y por ello son más asiduos a las marcas de distribución que el resto de consumidores (destinan 635 euros frente a los 564 del resto). Así, a la hora de elegir un establecimiento, el precio prima a la organización o la atención. De ahí, que en Huelva sean los establecimientos más económicos los que cuentan con más clientes extranjeros. "De momento, son un colectivo que tiene menos recursos y es lógico que acudan a establecimientos con calidad, pero con precios más bajos, al poner a la venta productos de marcas que no invierten en publicidad", explica José Ángel Márquez, encargado de uno de los supermercados 'Lidl' de la capital.

Pero si hay algo que diferencia la cesta de un extranjero de la del nacional es su especial predilección por los dulces, especialmente el cacao. Llegan a gastarse hasta un 30 por ciento más en galletas rellenas; un 20 por ciento más, en chocolates o un 13 por ciento más, en repostería. Productos que suelen elevar el importe de una compra, pero que ellos equilibran gracias a las restricciones que realizan en otras partidas (mariscos, pescado, pan fresco o carne). Además, para el principal colectivo de la población extranjera residente en Huelva (rumanos y polacos) estos productos son considerados como artículos de lujo en sus países de origen por lo que allí les resulta hasta un 30 por ciento más caros que en nuestro país. Algo que también les ocurre con los perfumes. "Resulta curioso comprobar -destaca Márquez- cómo las estanterías se llenan por la mañana y a las dos horas ya hay que volverlas a reponer. Sienten verdadera atracción por las colonias y productos de perfumería".

Para los marroquíes, sin embargo, el protagonismo en las compras lo adquieren las harinas, leche, arroz y productos de limpieza, aunque resulta curioso comprobar cómo estos residentes se quedan prácticamente ensimismados con las cámaras donde se exponen alimentos precocinados o congelados.

El consumo en Huelva da claros ejemplos de integración: ya existen establecimientos en los que la clientela extranjera llega a suponer el 60 por ciento del total y también pequeños comercios impulsados por inmigrantes que nacieron con el objetivo exclusivo de atender las demandas de los foráneos y que ya venden productos demandados por los onubenses.

Esta circunstancia se da especialmente en las localidades donde la presencia de extranjeros es más patente, como la capital y los municipios costeros. Así, la firma 'Lidl' cuenta en la capital con una clientela extranjera que representa el 60 por ciento (rumanos y marroquíes, fundamentalmente), cifra que se amplía hasta un 70 por ciento en el caso de Isla Cristina. Lo que ha hecho que hasta los trabajadores hayan comenzado a aprender el idioma. La afluencia de extranjeros se percibe especialmente en época de campaña, cuando los foráneos llegan incluso en autobús hasta el establecimiento.

El caso contrario se da en el establecimiento que regenta Mohamed Belheddah en la capital, que se abrió hace cuatro años para dar servicio a las necesidades de los residentes procedentes del Magreb y resto de África (hay una colonia de 8.194 africanos en Huelva) y ahora además atiende a polacos, alemanes, españoles e incluso turistas, que entran en el establecimiento buscando los productos más típicos.

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