Huelva

Un día para olvidar

  • Sin negar los esfuerzos del Consejo, faltó agilidad de comunicación con las hermandades y la ciudad

Es difícil encontrar un punto de luz en una jornada que estuvo marcada por los nubarrones negros que tuvieron cubierto el cielo azul de Huelva. Se habló en este tiempo de espera de sensaciones encontradas. Las demoras, los pasos en la calle, la lluvia y las vueltas. A la junta del Consejo le queda plenos bastante movidos, las quejas por falta de información, dicen las hermandades. En descargo el presidente, Antonio González, habla del esfuerzo que hasta el final realizó el Consejo. Lo que está claro es que con partes mejores o peores ya se dijo aquí que cuatro sábado tiene octubre para elegir el de la luna llena, como si fuera Viernes Santo y ya se sabe...

Adelantar la suspensión

En la jornada de ayer se le criticó al Consejo que debió suspender el acto mucho antes, incluso días antes, que se pudiera dar opción a encontrar otro día. Más cuando las cofradías se iban dando la vuelta. La junta del Consejo dice que paró la intención de la Oración de salir a la calle, lo cierto es que el párroco tuvo palabras fuertes con el hermano mayor de la Oración; luego hubo paz. La hermandad argumenta que nadie le había notificado la suspensión y que ellos tenían una fijada para llegar a la Plaza de las Monjas. Las previsiones no eran buenas y al final siguió lloviendo. Un día complicado.

Agilidad informativa

En la jornada de ayer faltó agilidad a la hora de informar por parte de la junta del Consejo. Había hermandades que se quejaban que no sabía qué estaba pasando ni los partes del tiempo que manejaba el Consejo para lo que se estaba viviendo. No ha tenido mucho éxito la sala de 'mando' ubicada en el Ayuntamiento.

La ilusión de Huelva

Los cofrades con vocación derrotista también pudieron en contra algún rayo de luz. Difícil, sí, pero fueron muchos meses de trabajo. Lejos de la frustración de no poder sacar los pasos, a lo que ya se van acostumbrando las hermandades, por las inclemencias del tiempo lo organizado para ayer, a pesar de la decepción, es el resumen que va más allá de los preparativos de los últimos meses, o los sinsabores del último año. Es posible, claro que sí. Las cofradías celebra la reafirmación de una ciudad que se siente cofrade. Si hubieran puesto una urna de votaciones en cualquier esquinas de la ciudad las papeletas no irían en blanco, sino con un Sí a las cofradías. Si alguien tenía alguna duda, ahí quedan las miles de personas que estaban por las calles convocadas por el Acto de Fe a pesar de la lluvia. Convocatorias de estas características suponen una responsabilidad. Las cofradías hoy tienen un mayor compromiso con Huelva, más allá de sacar unos pasos. Lo estético está bien, pero hay que ir al compromiso que hoy, en tiempos difíciles de crisis, la sociedad pide el estar cerca. Bajar de los pasos el compromiso real de fe.

Muchas cosas aprendidas

Este no sólo ha sido un acto cofrade más, sino de la Huelva cristiana. Hay despistes que se pueden pasar, pero es bueno testificar. En la hojilla de anuncio del Plan Diocesano, en el resumen de los grandes actos se olvidó convocar al Acto de Fe. Se solventó el despiste con la hoja diocesana, donde se le dedicó una página completa del acto. La parroquia es el lema de este año; no hay que olvidar a las hermandades porque forman parte de la vida de estas, que enlazan con los barrios. Sin duda un compromiso para las hermandades, que deben dejar de criticar y de pasar a la acción y pedir el sitio que es suyo en la parroquia, o es que no se quiere compromiso y mejor criticar al párroco de turno. Acercamiento entre ambos.

La repercusión social

No vayan los cofrades a enfrentarse a la ciudad con complejos. La realidad es que el Acto de Fe ha movido la realidad de una ciudad. Sí, hablamos con la misma claridad que otros. Pedro Jiménez, de Izquierda Unidad, tuvo un tono para algunos satíricos sobre este acto y su repercusión en Huelva, en la hostelería. Hoy con la realidad que son las hermandades, había que exigirles que al menos consideran lo que con ligereza dijo sobre este acto. Se puede hablar del alto indice de ocupación hotelera o de las miles de personas que ayer nos visitaron a pesar de los desalentadores pronósticos de lluvia.

En lo cofrade

Las grandes cosas que se hacen siempre llevan junto al éxito el sufrimiento y el sacrificio. Se ha tenido que anotar la dimisión del capaz de Mutilados, José Carlos Martínez; la del vicepresidente del Consejo, Jesús Flichi, como miembro de la junta de la Hermandad de la Borriquita; del teniente hermano mayor de la Hermandad de la Soledad, Francisco Masero, y de la diputada mayor de gobierno de esta cofradía, Miriam Pons.

Las costaleras

De nuevo felicidades. El papa Francisco ha dicho que le entristece que la mujer tenga en la Iglesia una función de servidumbre. Esto no ocurre con la cuadrilla de costaleras del Señor Yacente. Ellas tienen un puesto efectivo de trabajo y oficio en la cofradías. De nuevo vuelven a estar cerca del Señor, cuando todos se fueron, las primeras que recibieron la alegría de la Resurrección. Tampoco ha sido posible esta vez de hacer una cuadrilla de hombres para portar al Yacente. Felicidades a las costaleras y adelante.

En la Concepción

Se han dicho algunas cosas que merecen nuestra atención. Esta Puerta del Mar se identificó en todo momento con la Porta Fidei. Del Acto de Fe se ha escuchado, se ha hablado, se ha reflexionado y en estas páginas se dijo lo que se pensaba de un gran acto cofrade. Se habló también en la Tertulia Cofrade 'El Aguaó', siempre con su línea independiente. Primero era un vía crucis en un Santo Entierro magno, luego un rosario en Acto de Fe. Lejos estuvimos de ir en contra, sí se dijeron muchas cosas, algunas incorporadas al proyecto y nos alegramos, no por nosotros sino por contribuir a la celebración. Si alguien estuvo en contra de un gran acto cofrade en el Año de la Fe fue el Obispado de Huelva. Le recordamos la nota emitida, en la que se decía que era un antitestimonio cristiano. Todavía a algunos le cuesta digerir esto, quizás por ello la marcha atrás. Nosotros no vestimos imágenes, ni ponemos santos, pero sí nos vemos obligados a ver cuando no están bien puestos en sus peanas. Seguimos caminando.

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