Huelva

El desgaste hace ya mella y caen los apoyos pidiendo libertad para Mari Luz

  • Medio millar de personas secunda la concentración convocada en la Plaza de los Niños Bosnios de La Orden · La familia de la niña desaparecida vuelve a pedir la colaboración y apoyo ciudadano

"Ay, que pena me dan, que poca gente...". En la Plaza Rosa de El Torrejón, donde se ubica el domicilio familiar de Mari Luz Cortés (son ya 24 días desaparecida), una mujer expresa en voz baja un sentimiento común. Han pasado sólo dos semanas desde el gesto de solidaridad más multitudinario que se recuerda en Huelva, la manifestación del pasado 22 de enero en la que 10.000 voces gritaron libertad para la pequeña (de las que casi 5.000 partieron del mismo Torrejón) y en la misma plaza, el 'punto cero' de la desaparición, no había más de 150 personas.

El Torrejón, con varios miles de residentes, no sólo ha enmudecido, pese a las súplicas de los padres de Mari Luz, Juan José Cortés e Irene Suárez, y al llamamiento desesperado de los responsables de las Fuerzas de Seguridad para que se aporte información. El Torrejón, ante una nueva convocatoria para exigir a los brazos que la arrancaron de su casa que devuelvan a la pequeña, parece haber decidido observar.

El desgaste por el paso de los días sin pista alguna de Mari Luz ha comenzado a hacerse notar. Y la familia tiene plena conciencia de que el tiempo no corre a su favor: lo fundamental, ni una sola información que abra nuevas puertas en la investigación para llegar a la pequeña y, en segundo lugar, el debilitamiento de los apoyos que han tenido hasta ahora y que les han dado ánimos.

"Mi fuerza se mantiene, pero la gente... Tanta lucha, tanta batalla, no están dando resultado, que es encontrarla". Ayer, por primera vez desde aquel funesto 13 de enero, aparecía un Juan José Cortés decaído, más débil ("estoy de bajón", reconocía) y que llegó incluso a pedir respaldo. "No nos abandonéis, en el momento que nos sintamos solos, habremos perdido esta lucha".

Desde el 'punto cero', la manifestación partió silenciosa en dirección a La Orden. A los diez minutos del recorrido, se rompía el silencio con ininterrumpidos "Queremos a Mari Luz", "Mari Luz estamos contigo", gritados a viva voz , con la misma firmeza que el primer día pero con menor potencia. Y los gritos se intercalaban con otros "Mari Luz, te queremos; Mari Luz, te esperamos" lanzados a modo de oración mientras las calles parecían ajenas: la gente salía a las puertas, se asomaban a las ventanas (algunos se quedaban detrás de los cristales) o se paraban al paso de la gran pancarta con la foto de la niña.

En la Plaza de los Niños Bosnios, en la barriada de La Orden, las voces para pedir el regreso de Mari Luz sumaron alrededor del medio millar. Una suelta de globos blancos con símbolo de la libertad cerraba una hora después la manifestación. "Todos nos sentimos un poco padres de la niña, que la luz de Mari Luz vuelva a brillar en vuestro hogar", trasladaba a los padres un comunicado en nombre de los vecinos.

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