Huelva

La crisis se asienta en el mercadillo con una caída de las ventas del 50%

  • El descenso del consumo y los altos precios del combustible dificultan la actividad

Las ventas del comercio ambulante han caído alrededor de un 50% en estos primeros meses del año respecto al mismo periodo del pasado año y la crisis "se asienta" en el mercadillo debido al descenso del consumo y a los elevados precios del combustible, que dificultan la actividad del sector. Así lo ha asegurado a Europa Press el presidente de la Asociación Provincial de Profesionales del Comercio Ambulante de Huelva, José Juan Ayora, quien ha destacado que aunque las condiciones meteorológicas han acompañado, al no registrarse temporales ni lluvias como en épocas invernales anteriores, "la gente compra poco y lo justo". Ante esta situación, Ayora ha incidido en cómo afecta al sector el alza del desempleo, ya que "el consumidor no tiene para comprar", lo que hace que "la situación cada vez sea peor".

En este sentido, ha remarcado que mientras los ingresos van en descenso por la escasez de ventas, los gastos, por el contrario, van en aumento. Según ha explicado, "el alto precio del combustible, unido a los gastos de la furgoneta, los permisos y la mercancía", hace que el comerciante cuente cada vez con más complicaciones.

"La gente va al mercadillo pero compra lo justo y apenas gasta", ha añadido el portavoz del colectivo, que ha precisado que los precios se han ajustado "al máximo".

De este modo, ha destacado que la recesión del consumo desde el comienzo de la crisis "se nota cada vez más" en las ventas del sector, que incluso opta en ocasiones por reducir los pedidos para no quedarse con mercancía sin vender y "a la que es complicado después darle salida".

"Hay días que apenas se vende o que incluso no se vende nada", ha enfatizado el presidente de la Asociación Provincial de Profesional del Comercio Ambulante de Huelva, que ha recordado que el sector no cuenta con ningún tipo de subvención para el mantenimiento de su negocio.

A finales de 2011 el mercadillo cambió de ubicación para instalarse en la nueva zona urbanizada que se sitúa entre la Avenida Santa Marta y el Hospital Juan Ramón Jiménez, donde permanecerá hasta que concluyan las obras del nuevo recinto colombino. Esta ubicación fue consensuada entre el Consistorio y los comerciantes del rastro, después de haberla considerado la más idónea por su cercanía a dos barriadas con mucha población y su buena conexión en transporte público, gracias a que la zona es precisamente de paso de numerosa líneas de autobús.

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