jubileo mariano de la cinta | la virgen sale el sábado a la puerta de su santuario

Una coronación que acrecienta la devoción a la Virgen de la Cinta

  • La Hermandad de la Patrona de Huelva inicia una semana de actos conmemorativos del 25 aniversario

  • La Virgen volverá a salir el día 30 para presidir el pontifical en el mirador

La Hermandad de la Cinta inicia hoy la semana de clausura del Jubileo Mariano que culminará con el solemne pontifical en el que se recordará el XXV Aniversario de la Coronación Canónica de la Patrona de Huelva. Se inicia esta tarde, a las 20:00, con la presentación del libro del XXV Aniversario, en su casa de hermandad. Mañana habrá misa solemne recordando la fecha del 26 de septiembre de 1992, trasladándose el gran pontifical el sábado día 30, a las 20:30, a la explanada del mirador de la Cinta. Una vez concluido se emulará la antigua procesión de los marineros y la Virgen de la Cinta recorrerá el mirador con bendición a la ciudad delante de la Cruz de los Ángeles y regreso a su ermita por los jardines.

El día de la víspera habrá un acto de cantes de ida y vuelta en el patio del santuario, a las 20:30.

La celebración en Huelva de la efemérides de 1992, enmarcada en la conmemoración del V Centenario del Descubrimiento y Evangelización de América, ofrece dos grandes acontecimientos en la devoción cintera. En primero es la coronación canónica de Nuestra Señora de la Cinta y, al siguiente año en 1993, la visita de Juan Pablo II, el papa santo. La coronación canónica de la Virgen de la Cinta, el 26 de septiembre de 1992, resultó ser el mejor de los acontecimientos movidos por seglares con ocasión de un hecho de estas características.

La programación diocesana estuvo dirigida por Juan Mairena Valdayo. La peregrinación de la Patrona de Huelva por toda la ciudad resultó un éxito; visitando la Virgen hasta el centro penitenciario.

Se celebró una novena sin precedentes en la historia devocional de esta Diócesis, centradas las predicaciones en la Virgen como estrella de la evangelización. Predicaron los obispos Rafael Bellido Caro, de Jerez; Antonio Dorado Soto, de Cádiz-Ceuta; Santiago Aracil, de Jaén; el padre Melada, presidente de la Pontificia Academia Mariana, en representación del arzobispo de Granada, José Méndez Asensio; Antonio Montero Moreno, de Badajoz; José Antonio Infantes Florido, de Córdoba; Rosendo Álvarez Gastón, de Almería; Juan García Santacruz Ortiz, de Guadix-Baza; para concluir el último día la novena con la concelebración de los cardenales Edouard Gagnon, presidente del Consejo Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales, y Juan Jesús Posada Ocampos, arzobispo de Guadalajara (México) y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (Celam), que representó al episcopado latinoamericano en las celebraciones del V Centenario y el arzobispo de Sevilla, el cardenal Carlos Amigo Vallejo.

La importancia del marco en el que se desarrolló, en los Congresos Internacionales XI Mariológico y XVIII Mariano, con una coronación por bula pontificia y la presencia de un cardenal legado, la hizo única. Una apertura que contó con la presencia del presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves; el alcalde de la ciudad, Juan Ceada y presidente de la Diputación Provincial, Domingo Prieto. Participaron en estos congresos más de seiscientos teólogos, procedentes de veinte países europeos y americanos. Asistieron relevantes personalidades de la Iglesia Católica, encabezadas por el cardenal Antonio María Javierre, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y los Sacramentos, pronunció la lección inaugural María en la evangelización. La visitación de Nuestra Señora. La clausura en la víspera de la coronación canónica de la Virgen de la Cinta la presidió el cardenal legado Eduardo Martínez Somalo. A las puertas de la Santa Iglesia Catedral fue la ofrenda floral a la Virgen de la Cinta y el rezo del santo rosario por la paz y la concordia de todos los pueblos. Hubo intervención poética de Antonio Cano, y musical de los campanilleros de Riotinto y de la Cinta. Durante la noche se celebró simultáneamente la Vigilia de la Adoración Nocturna Internacional, en el templo catedralicio, y la Velada de la Juventud con María, en el Colegio Colón de los Hermanos Maristas, presida por el arzobispo de Santiago, Antonio María Rouco Valera.

La jornada del 26 de septiembre nació inquieta, con lluvia para el traslado hasta la capilla de la Hermandad del Rocío de Huelva, desde donde se iniciaría la procesión hacia el altar de coronación. Todo se superó con satisfacción, aunque con no poca inquietud.

Si la antesala de la coronación canónica resultó un acontecimiento en la ciudad con la peregrinación mariana, su extraordinaria novena y la importancia de los congresos en la vida universal de la Iglesia, había que sumar a ello el marco tan especial de celebración, el de la nueva Huelva, en la Avenida de Andalucía, con un artístico, moderno y espectacular altar que reproducía el santuario.

No se puede olvidar la masiva participación de fieles. Pocos acontecimientos de la ciudad convocan a tantos onubenses, sólo superada por la visita del Papa Juan Pablo II. La coronación canónica de la Virgen de la Cinta sigue siendo un modelo a seguir, por su impacto devocional en toda la ciudad. La Virgen de la Cinta volverá, incluso, a recibir la medalla de la ciudad, en esta ocasión entregada por el socialista Juan Ceada, siendo la segunda vez en la historia que se la conceden; una renovación de afecto y cercanía de todos los onubenses.

La Eucaristía de coronación fue presidida por el cardenal legado, Eduardo Martínez Somalo, con quien concelebraron el obispo de Huelva, Rafael González Moralejo; el obispo coadjutor, Ignacio Noguer Carmona; dieciséis obispos españoles y extranjeros, y cerca de trescientos sacerdotes. Se clausuraba así el XI Congreso Mariológico Internacional. El cardenal Martínez Somalo dijo en la homilía que "al coronar a la imagen de María de la Cinta, no hacemos sino reconocer la realeza de la que fue la sierva del Señor". Recordó que "en la fiesta de su coronación, la Virgen de la Cinta nos sigue repitiendo desde su trono del cielo y desde su santuario del Conquero onubense, las mismas palabras que pronunció ante el anuncio del ángel. Hágase en mí según tu palabra".

El hermano mayor, Julio Buendía, fue el que hizo la petición de la coronación y se dio lectura a la bula de Juan Pablo II.

Cuando la Virgen fue coronada por el enviado especial de Su Santidad Juan Pablo II y por monseñor Rafael González Moralejo, Huelva se hizo fiesta, estalló en vivas y abrazos, y vio cumplido el sueño que desde hacía cincuenta años anhelaba: ver coronada a la Virgen de la Cinta. La corona que Huelva puso sobre la cabeza de su Patrona, también la depositó en las manos de las nuevas generaciones.

La clausura del XVIII Congreso Mariano Internacional tuvo lugar al día siguen en El Rocío, con una misa solemne en el Paseo de la Marisma presidida por el cardenal Eduardo Martínez Somalo y la presencia de los reyes Juan Carlos I y Sofía.

La acción de gracias se celebró en la parroquia de la Purísima Concepción. Se esperaba ya la presencia del Papa Juan Pablo II, que llegó a Huelva en la mañana del 14 de junio de 1993, a la misma avenida donde se había coronado la Patrona de Huelva que le aguardaba en su paso. El Santo Padre rompió el protocolo establecido y acudió a presentarse ante Ella, como los onubenses acostumbran a hacer, arrodillándose y rezando largo rato agarrado a su paso. Constituyó todo un acontecimiento para la ciudad.

La Virgen de la Cinta presidió la Eucaristía del Papa Juan Pablo II, se rubricaba así ante el papa santo una coronación canónica que había movido el corazón de los onubenses ante la presencia de la Iglesia Universal.

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