Vemos que las páginas recientes de Huelva siguen escribiéndose en tempo lento, y que los cambios que se cocinan en la ciudad, con tantos obstáculos, sacarán la cabeza sólo cuando se vayan acercando las elecciones de 2012 con vientos de tormenta. Unos cargarán las pilas, y a otros les convendrá quedar como redentores para desbloquear gentilmente lo que podrían haber resuelto muchos años antes, sólo con la voluntad de sacar a Huelva de la eterna pubertad. El agravante de esta dinámica es que, cuando el freno no lo ponen los intereses políticos, lo ponen -sin que sean, ni mucho menos, factores excluyentes- los escollos puramente técnicos o judiciales. Es lo que ha ocurrido con la reordenación de todo el entorno del Mercado del Carmen, un asunto en el que la Gerencia Municipal de Urbanismo no quiere dormirse en los laureles, toda vez que este proyecto ha pasado ya sus calvarios judiciales y en estos momentos está enfilando un entendimiento, un acuerdo difícil, pues son muchos los propietarios implicados en este Plan Especial de Reforma Interior, que abarca 36 fincas y casi 15.000 metros cuadrados en una zona estratégica, actualmente rodeada de edificaciones en ruinas. Hay, también, una corriente secundaria de opinión que aboga por la rehabilitación de un mercado que data de 1864 para usos dotacionales, opción que se descartó por el estado del edificio. Mientras se ultiman las obras de la nueva plaza de abastos de Pescadería y se prepara el traslado de los comerciantes, el Ayuntamiento aprovecha esta tregua de los retrasos tratando de cerrar un convenio con los titulares de estos terrenos y proceder al derribo del viejo mercado para construir una gran plaza porticada, rodeada de comercios, con un parking subterráneo con 900 plazas y 200 viviendas.

Los técnicos de la Gerencia han hecho un estudio económico-financiero de esta urbanización, fijando los costes en 22,3 millones de euros (una previsión sujeta a reajustes). Con carácter prioritario, se está buscando ese convenio con los propietarios, para acordar las bases del sistema de cooperación, una fórmula de gestión por la que se ha optado finalmente para mayor agilidad. Este mismo sistema es el que se ha elegido para urbanizar los terrenos del antiguo estadio de Isla Chica. Se trata de emprender una actuación pública sobre suelo privado, con abono privado de los gastos de urbanización. En el caso del PERI Mercado del Carmen, es complicado consensuar los términos, pero al menos el procedimiento está ya encauzado.

En base al proyecto municipal, la nueva Plaza Mayor será "tradicional pero con tintes de modernidad", en la que el color blanco típico de las casas andaluzas; la textura de los muros (mármol, piedra caliza blanca o piedra artificial) y una torre, a modo de obelisco, pretenden dotar de un carácter singular al nuevo espacio. En las plantas bajas se dispondrán usos comerciales y también dotacionales o institucionales.