Respons(H)abilidades

Cinco claves para generar confianza con nuestra comunicación

  • Ser capaz de obtener la confianza de los demás nos facilita conseguir nuestros objetivos personales y profesionales, y para ello lo más importante es dar seguridad

Es imposible no comunicar. Seguro que ya me han leído esto muchas veces. Lo cierto es que me siento en el deber de repetirlo por responsHabilidad profesional y por compromiso personal. La comunicación es ese caldo inevitable en el que se cuecen absolutamente todas las relaciones personales y profesionales que mantenemos todos, todos los días. Así que, como es imposible dejar de lanzar mensajes por acción o por omisión, cuanto más conscientes somos de nuestra comunicación más hábiles nos volvemos para conseguir lo que perseguimos y para dejar la huella que queremos en el mundo y en los demás. Por eso hoy traigo algunas claves que les pueden ayudar a comunicarse de forma que se ganen más fácilmente la confianza de los demás, incluso si no les conocen de nada.

No pido confianza, doy seguridad

Es importante dejar claro antes un concepto fundamental: la confianza no se pide, la confianza te la dan las personas cuando se sienten seguras. Así que la moneda de cambio se deduce rápido: para obtener confianza, hay que dar seguridad. Y desde este prisma, el primer reto del buen comunicador es con su propia seguridad, esa que genera la autoconfianza. ¿Recuerdan a alguien inseguro con quien hayan hablado? ¿Les inspiró confianza? Seguramente no.

La comunicación suele ser una de las inquietudes más habituales de las personas con las que trabajo en talleres o en equipos de empresa: ¿cómo puedo mejorar? ¿Cómo digo lo que quiero decir sin sonar agresivo? ¿Cómo puedo evitar el bloqueo? Y sea cual sea la inquietud, el primer paso que empiezo a trabajar es la autoconfianza. De hecho, creo que no hay liderazgo, ni delegación efectiva, ni asertividad, ni comunicación clara sin una suficiente dosis de sana autoestima que le dé a la persona, en primerísimo lugar, seguridad en sí misma.

Y entonces sí, con el motor de la autoconfianza en marcha, ya podemos dotarnos de algunos truquillos para comunicar y ganarnos la confianza de los demás.

1. Mirar de frente

Miradas huidizas que evitan los ojos de su interlocutor, y que generan desconcierto, o cabezas giradas que miran de lado al que tenemos delante, que indican que están evaluando, no son gestos que inviten a la confianza.

Lo que sí da seguridad es una mirada directa y centrada, que no rehúye la de la otra persona o que, si la comunicación es con un auditorio, recorre toda la sala de forma equilibrada.

2. Tocar a las personas

Tocar es un gesto de posesión ancestral y tiene muchas lecturas. En cualquier caso, tocar supone generar un vínculo con las personas, y les da seguridad si lo hacemos bien, esto es, con respeto y cuando nos han dado implícita o explícitamente permiso. En ese momento, el vínculo es mayor cuanto más arriba nos dejan tocar: desde la mano, al antebrazo, el hombro, la cara… Seguro que alguna vez les ha dado la mano una persona que con la otra les cogía el brazo, ¿recuerdan la sensación?

Ante un auditorio, es nuestra columna vertebral la que puede transmitir seguridad al público, porque inclinarla levemente hacia delante es un gesto de interés que se interpreta como "estoy aquí para vosotros", y eso inspira confianza. También ayuda enseñar las palmas de las manos mientras hablamos o mover los brazos de forma simétrica y sincronizada, porque son señales de apertura y sinceridad.

3. Empezar y acabar por el principio

Recuerden otra vez su propia experiencia, ¿les da seguridad una persona que empieza a hablar con rodeos y justificaciones? Da seguridad decir lo que queremos decir en primer lugar. Y, a mayores, genera confianza evitar las generalizaciones, ser concreto y usar ejemplos, cuanto más personales mejor. Pocas cosas generan más confianza que una persona que se implica en su comunicación desde el yo, sobre todo emocionalmente.

Y es de nivel experto acabar con el mensaje principal con el que empezó la comunicación, porque confirma su importancia y es una muestra incuestionable de coherencia.

4. Preguntar con genuino interés

Preguntar mientras nos comunicamos, ya sea con una persona o un auditorio, consigue que los demás se sientan tenidos en cuenta, y ese es un ingrediente formidable para la seguridad. Si además se sienten escuchados, la confianza va a fluir sin duda.

Aquí lo fundamental es diferenciar oír de escuchar, que no es lo mismo. Pasamos de oír a escuchar cuando ponemos interés real por tomar en consideración lo que escuchamos, incluso abiertos a cambiar de idea, lo que dicho de otra forma es no estar pensando en contestar o en lo que voy a seguir diciendo.

5. Ser cortés

Si el interés define a la escucha ideal que genera confianza, lo que define a la cortesía de esta quinta clave es la sinceridad. Reconocer un cambio, valorar un esfuerzo, hacer un halago o regalar un cumplido, eso es ser cortés, y no sirve si no es sincero.

Por eso, si el cumplido o comentario que se nos ocurre no es de verdad, mejor nos lo callamos. Sin embargo, si encontramos el reconocimiento que de verdad sentimos y nos creemos - y siempre hay algo que reconocer en los demás - es una de las muestras de interés que más seguridad da.

De aquí podemos deducir una sexta clave en la que se resumirían estas cinco y cualquier otra que quisiéramos añadir: creer lo que decimos. No hay nada más confiable que una persona que transmite que cree en lo que dice. Si además es consecuente con lo que dice y piensa, y hace lo mismo, muchísimo más. Eso es la coherencia, el principal motor de la confianza y la autoconfianza.

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