Huelva es una puerta abierta a la cultura. A la diversidad. Al afán por aprender y empaparse de los desconocido y enriquecerse en los diferentes ámbitos que se fraguan en el día a día. China está de enhorabuena y felicidad absoluta. El pasado viernes celebró su particular Año Nuevo. En esta tradición asiática repleta de supersticiones y buenos deseos, la figura del perro de tierra toma el relevo del gallo y será el principal protagonista a partir de ahora para China y sus habitantes. Cada año, un animal. Cada año lunar, una forma de ver la vida y mirar al futuro. El Instituto de Educación Secundaria Diego de Guzmán y Quesada se vuelca cada año en la iniciativa. El centro está implicado en el Programa Confucio con el objetivo de la integración de la idioma asiático como lengua extranjera, así como su arte y su cultura.

El centro escolar estuvo impregnado de elementos decorativos con motivo del Año Nuevo chino. Una fiesta. Una celebración que tuvo lugar durante la semana pasada. Cada tarde, los alumnos (mayores y pequeños) que asisten a clases extraescolares de la tradicional lengua vivieron de primera mano las costumbres arraigadas en una tierra milenaria. El color rojo protagonizó el ambiente y la ornamentación ya que es "el de la felicidad y prosperidad", explica uno de los adultos que asisten cada semana a las clases. "Las profesoras inciden mucho en la cultura, y es muy interesante", además del fomento "de la escritura y los caracteres".

Unas de las actividades que estuvo programada con motivo previo del cambio de hoja de calendario para el país asiático fue la realización de uno de los productos típicos de Asia, la gyoza, una especie de empanadilla, así como su posterior degustación. Jiayin, una de la profesoras nativas, señaló los ingredientes que incluye este producto culinario entre los que se encuentran la harina de trigo para la masa, carne picada o salsa de soja, entre otros. Una clase especial en el que todas las explicaciones rodearon a la celebración de un nuevo año. "En este día se dan buenos deseos para el trabajo y la familia", apunta Jiayin, además de la entrega de regalos, que también es tradición, aunque de padres a hijos el presente siempre es económico. Felicidad asiática y buenos deseos por Año Nuevo.