Comitiva real Miles de onubenses salieron a la calle para presencia el desfile

La cabalgata endulzó la noche de Reyes

  • Los Magos de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar, repartieron ilusión y esperanza durante las seis horas del desfile · Algunos puntos del recorrido resultaron especialmente concurridos de niños y mayores en busca de caramelos

Los onubenses se echaron ayer a la calle para ver a los Reyes Magos y su séquito real. Niños acompañados de sus padres y familiares se apresuraban a primeras horas de la tarde para no perderse ningún detalle del desfile de las carrozas e intentar hacerse con el mayor número posible de caramelos. Los pequeños fueron los auténticos protagonistas de la jornada festiva e hicieron posible que un año más la ilusión y la magia inundaran las calles de la capital. De nuevo se repitió la tradición, aunque los tiempos cambien, y una especie de locura colectiva rodeó a sus Majestades Melchor, Gaspar y Baltasar y su caravana de fantasía y solidaridad.

La jornada de los Magos de Oriente fue intensa y cargada de actos desde primeras horas de la mañana. El momento culminante llegó con la Cabalgata. El punto de partida del desembarco fue el Santuario de la Virgen de Cinta. Allí fue recibida la comitiva real, realizándose la ofrenda de oro, incienso y mirra a la imagen del niño Jesús.

Hasta dieciséis carrozas, realizadas por Creativo volumen bajo la dirección de Juan Manuel Seisdedos, componían el cortejo real la mayoría de ellas relacionadas con los dibujos animados y los cuentos infantiles.

La salida se produjo alrededor de la 15.30 horas, cuando ya cientos de onubenses se habían agolpado en los alrededores del templo cintero para disfrutar de unos intensos momentos de fantasía y júbilo.

Abría el desfile la Estrella de Guía, precedida por un camión de bomberos y un grupo de animación de dragones, representada en esta ocasión por la periodista de Huelva Información, Rosa Font, acompañada por las también periodistas Inmaculada Carrasco, Laura Ramírez, Ana Oreiro, Carmen Barahona y Lupe Cejudo. A esta le seguía el portal de Belén, una carroza en la que los niños rememoraban el nacimiento de Jesucristo.

Tras la salida, la comitiva enfiló por la avenida Cristóbal Colón en dirección de la plaza de la Merced, uno de los puntos más concurridos del recorrido. Aquí la espera para los más pequeños se hizo larga y se impacientaban para ver y recoger los caramelos que ofrecía a diestro y siniestro sus Majestades.

El primero en hacerlo fue el Rey Melchor, encarnado por Francisco Ramírez, con su inequívoca barba blanca. Era un auténtico Mago de Oriente y transmitía su alegría a los ciudadanos. Previamente, habían desfilado ante niños y mayores carrozas alusivas al Cuento de la Lechera, el Tío Donald y Familia y los 101 Dálmatas y Cruela de Ville. El trono del Rey iba precedido de un séquito de seis pajes montados a caballo.

Una vez atravesada la plaza de la Merced, el cortejo se dirigió hacia la plaza de Quintero Báez, otro de los puntos concurridos. A esa hora la multitud era mayor, porque comenzaron a llegar los más retrasados.

Llamaba la atención también una carroza alusiva a Platero y Yo, la obra del Nobel moguereño, a la que seguía otra relativa a Tintín, al Gato con Botas y a los Simpson. De nuevo otro séquito de seis pajes a caballos anunciaba la llegada del trono del Rey Gaspar, que caracterizaba Pepe Gómez 'El Marismeño' para quien ha sido un privilegio poder aportar al cortejo magia y la oportunidad de poder hacer felices a los niños y a las personas necesitadas y faltas de cariño estos días.

Conforme se cerraba la tarde y se encendía las luces de neón, las calles del centro de la ciudad se llenaron aún más de algarabía porque nadie quería perderse ya la oportunidad de hacerse con algún caramelo de la suerte. Más de uno utilizaba algún que otro truco, y otros ponían todo su empeño y se lanzaban al suelo en busca de alguna recompensa.

Las carrozas de La Ratita Presumida, Bambi y sus Amigos, El Lobo y los Tres Cerditos y Fiona y Shrek y una de las tres bandas de música de acompañaba el cortejo, Latina, Tirachinos y la charanga Amigos de la Música daban paso al trono del Rey Baltasar, encarnado por Francisco Urbano, que cumplía así su sueño de poder repartir ilusión entre los más pequeños. Como marca la tradición cerraba el desfile de los tres monarcas.

Tras recorrer la avenida de Andalucía, Galaroza y Federico Molina, el punto culminante llegó cuando sus Majestades llegaron a las puertas del Ayuntamiento donde el alcalde, Pedro Rodríguez, recibió a la comitiva, poniendo el punto y final. Para entonces ya se habían repartido 18.500 kilos de caramelos y se habían tirado 260.000 rollos de serpentinas y 3.600 kilos de confetis.

Una vez más Los Reyes Magos cargados de sueños habían endulzado las esperanzas de pequeños y mayores. De nuevo había vuelto a brillar la sonrisa de los niños, la emoción de los padres de ver a sus hijos absortos y con los ojos grandes, en fin todos los tópicos que entraña la cabalgata de los Magos de Oriente, las horas de convivencia y las ráfagas de cariño tan necesario siempre.

Para hacer posible que todo discurriera con normalidad y prevenir cualquier contingencia el Ayuntamiento capitalino puso en marcha un dispositivo de seguridad integrado por Bomberos, Policía Local y Protección Civil. Nada más que pasaba la comitiva los servicios de limpieza se ponían mano a la obra. Pasado unos minutos ya no quedaba ni rastro de la comitiva.

La cabalgata de Huelva es una de las más antiguas de España. La instituyó la agrupación artística Alvarez Quintero en la navidad de 1921-1922. El Ayuntamiento se encargó de la organización a partir de 1950.

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