Huelva

Un as del deporte onubense

  • Deportista sordo

Chema es sordo. Salvo por ese condicionante en su vida, es un joven de 25 años como otro cualquiera. O quizá no. Porque lo que marca su existencia es su gran afición al deporte; casi desmedida. Deportista nato, por ascendencia y por vocación. Y por devoción. Practica fútbol, fútbol sala y voleibol. Y todo lo que esté a su alcance.

Chema (José Sandalio, en el DNI) Benabat (Huelva, 1982) es el alma mater del Club Deportivo Sordos de Huelva, cuyo equipo de fútbol sala va a disputar la Final Four del Campeonato de España. Él tuvo la idea y se echó adelante para crear esta entidad deportiva para discapacitados auditivos única en Huelva. Se juntó con su hermano Edu, con varios amigos, y captó más jugadores para sumarse a un proyecto que apenas tiene tres años y ya está dando sus frutos.

Sin duda ha sido una gran manera de estimular a personas sordas onubenses para acercarse al deporte como cualquiera.

Aunque aquí, además, el gran motor para Chema es su pasión por el deporte. Siendo hijo de uno de los grandes referentes en el pasado glorioso del voleibol de Huelva, estaba claro que la práctica de ejercicio físico iba a tener protagonismo en su vida. Se empapó desde pequeño de la esencia del deporte, y aprendió a respetarlo, amarlo y disfrutarlo.

Vivió de muy cerca los éxitos del voley onubense en los años 90, siguiendo los pasos del fallecido Diego Lobato, un referente personal; o del genial colocador Óscar Villegas, familia suya. Jugó la cantera del Aguas de Huelva y Veracruz, y ganó sus primeros títulos en voley-playa.

Luego optó por el fútbol, influenciado por su tío Venancio. Y jugó en Primera Provincial con el Aljaraque. Aunque quien le dejó marcado fue Manolo Rebollo, su entrenador en el Funcadia, su gran mentor futbolístico, quien le enseñó a manejarse en un deporte popular pero complicado.

No le vino mal la enseñanza. Chema ya ha sido internacional con la selección española absoluta de sordos, a la que le gustaría volver. Nada mejor que representar a tu país en el deporte. Lo afirma echándose la mano al pecho, con emoción. Ahora espera ser internacional de fútbol sala, con cuyo combinado absoluto ya ha sido concentrado. Es su objetivo, su meta, su sueño.

Chema es un chaval noble, algo tímido y serio pero dinámico, con inquietudes varias por las que se esfuerza lo que haga falta. Se entrega a su gente con lealtad como a las causas justas.

Tiene una habilidad especial para moverse en internet, donde ha conocido a mucha gente y se desenvuelve con destreza. Así, incluso, ha realizado un intercambio en el extranjero, como el que le han permitido jugar al fútbol sala en Bélgica, por el que ha conocido a cuatro buenos colegas, los hermanos Yildiz.

Le gusta divertirse con su novia, su familia, sus amigos. Y salir de marcha, reirse con chistes y bromas. Vamos, disfrutar todo lo que pueda; alegría vital.

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