Joaquín Pascual Pérez Toro es de los que se lamenta de que Huelva no haya tenido Universidad mucho antes, "algunos nos tildan de que somos apáticos, pero yo me resisto, porque lo que no nos han enseñado es a ser personas con conocimiento, con formación universitaria. Huelva debe estar orgullosa porque ha exportado hijos a otras ciudades, lo que ha hecho es que a partir de los 18 años hemos regalado hijos a otras provincias, con nuestro sacrificio como padres". Pero entiende que "el 'exportar' a nuestros hijos a otras ciudades ha sido una barbaridad, muchos en esa edad en la que se inician sus relaciones y buscan una familia al final no vuelven".

"Nosotros los padres hemos hecho esfuerzos, antes de lo que nos preocupábamos era de darle una carrera a nuestros hijos, ahora parece que es darles un piso; yo tengo cinco hijos y cada uno tiene su carrera, no me preocupa la continuidad en el negocio, lo que quiero es cada uno haga lo que en verdad le gusta".

Considera que aquí hasta que la gente no se ha echado a la calle no se ha conseguido nada, como ocurriera con la propia Universidad, "casi tuvo que venir el Rey andando para que se dieran cuenta de que hacía falta una autopista". Es de los que tiene claro de que "si nosotros no somos capaces de defender lo nuestro, quién lo va a hacer". Cree que aún Huelva se merece algo más, "es el problema de ciudades pequeñas" y lamenta que aún tengamos problemas elementales por solucionar como es la vieja estación, una construcción del siglo XIX "donde cuando llegas en el tren te puedes caer al bajar por la separación que hay con el andén, y al final todos hablan del AVE pero eso no llega nunca".

"Si escuchamos de Huelva eso de qué es fea, qué mala o qué bonita, siempre tienes un reto por delante; si es fea, porque te invita a hacer cosas para convertirla en más bonita; si es mala, en mejorarla; y si es bonita, en hacer algo más".