El futuro de Atlantic Copper todavía está por decidir. No en cuanto a su permanencia, sino por las posibilidades de vivir una ampliación que podría llegar incluso a una nueva línea de refino. Su matriz, Freeport-McMoRan, quiere aumentar en un 50% su capacidad de producción para hacer frente al esperado aumento de la demanda de cobre en la segunda mitad de la década. Esa ampliación podría traer una inversión millonaria a Huelva, pero Freeport aún no ha decidido (o comunicado su decisión) al respecto.

El grupo minero, la segunda compañía mundial en producción de cobre, tiene grandes reservas mineras y sigue invirtiendo en su expansión. Para hacer frente al refino de las futuras extracciones y al aumento general de las explotaciones mineras, Freeport tiene dos opciones sobre la mesa: la ampliación de sus fundiciones o la construcción de una nueva planta. Y en el caso de optar por la primera salida, tendría que elegir entre sus instalaciones de Huelva, Miami o Indonesia (esta participada en un 25%).

Atlantic Copper se sitúa pues en la carrera para la ampliación de capacidad de refino del grupo. No tendría por qué ser la única: Huelva no es capaz de asumir por sí sola todas las necesidades de la compañía estadounidense. En la actualidad, la fundición onubense tiene capacidad para refinar un millón de toneladas de concentrado de cobre; si se ampliase la factoría podría tratar 150.000 o 500.000 toneladas más en función de la amplitud de la obra realizada. Dos cifras que supondrían multiplicar los resultados de la compañía.

A su favor juega con un equipo técnico con experiencia, las infraestructuras comunes de Huelva, con las portuarias a la cabeza, y un riesgo país más bajo que el que podría darse en otras zonas que juegan con unos costes de producción menores. La eficiencia energética de la planta onubense es otro punto a su favor. Si a Huelva llega una inversión multimillonaria o no se sabrá (esperan en la factoría) pronto.