Descubridora y marismeña, pero también hospitalaria y acogedora. Algo tendrá Huelva que no pocos son los que vienen y se quedan para siempre en ella.

Encarnación Contreras Romero es uno de esos casos, una 'granaina' que las circunstancias laborales de su marido la trajo a ella y a su familia hasta Huelva, para no regresar más a su tierra natal.

Vio la luz en agosto de 1933 en Granada, donde creció junto a sus tres hermanos Paco, Falín y Pico y con los que vivió una infancia feliz entre la casa de sus padres y la de su 'Mama'. Fue precisamente su abuela quien la enseñó a manejarse en las labores caseras y con quien comenzó a realizar esas tareas que hoy sigue realizando y confiesa que le gusta hacer. Así fue como se educó para ser ama de casa desde pequeña y cuyas labores nunca ha dejado. Ha sido por esta diaria y longeva entrega por la que la asociación de amas de casa 'Estrella de Mar' de Punta Umbría, la ha distinguido y homenajeado como socia mayor en 2008.

En 1955 Rafael Pavón, un cordobés empleado de una empresa ferroviaria, la desposó y juntos pasaron los primeros años de matrimonio en Zaragoza, ciudad donde destinaron a Rafael y donde creció su única hija. Su esposo se ausenta durante largas temporadas por su trabajo y Encarnación tiene que hacer de padre y madre de su hija.

El próximo destino de Encarna y su familia será Huelva, instalándose en la calle Puerto, donde hace amigos para toda la vida. Confiesa que tienen "un gran cariño por Huelva y su gente".

Durante su estancia en Huelva comienza a visitar las playas de Punta Umbría en la canoa.

Hace 5 años Encarnación y Rafael deciden trasladarse definitivamente a Punta Umbría y ubicar aquí su residencia. Ahora pasa más tiempo en compañía de sus amigas de la asociación 'Estrella del Mar' y sobre todo de quien confiesa ha sido su "confidente", Lola Ríos. Y en la asociación sigue cosiendo sus famosas tocas