El 25% de los alumnos de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) se ha sentido intimidado en los dos últimos meses. Asimismo, para el 50% de los alumnos de los cuatro cursos que comprende la ESO, el acoso o bullying es una realidad que es temida como una sombra que se puede hacer efectiva en cualquier momento.

Estas son dos de las conclusiones del estudio de Noelia Trujillo con el que pone punto final a su formación como residente de Medicina de Familia y Comunitaria, que ha ejercido en el centro de salud de Moguer. Preguntada sobre el por qué ha elegido un tema que a primera vista puede parecer poco sanitario, la doctora puso el acento en el hecho de que "nuestra especialidad hace también referencia a la comunidad; de ahí que haya seleccionado un tema que afecta a un buen porcentaje de niños. Lo que pasa es que estamos tan absorbidos por la atención en consulta que es difícil centrarse en otros temas". Para realizar su estudio,Trujillo ha trabajado con un universo de 492 chicos pertenecientes a los dos institutos de la localidad.

Los motes e insultos los sufren el 9,5% de los chicos varias veces por semana"

El tipo de acoso o bullying más extendido es el de los motes, insultos o reírse del alumno en cuestión. Esto lo sufre el 9,5% de los chavales varias veces por semana. Le sigue las mentiras o rumores falsos, que afecta al 3% en esa misma frecuencia de varias veces por semana. La médico ofrece otros porcentajes que hacen referencia a una incidencia más alejada en el tiempo.

El acoso físico traducido en agresión afecta al 0,8% en aquellos casos en los que ésta se plasma varias veces en la misma semana.

Sin embargo, el estudio incluye otros no menos dañinos como pueden ser robar dinero u objetos a la víctima, obligarle a hacer algo que no quiere o la intimidación con gestos de contenido sexual. Lo que está claro es que el bullying es una realidad en Moguer, y obviamente, en el resto del país.

El estudio se realizó con chicos de los cuatro cursos de la ESO aunque con una mayor incidencia en los de primero, que es en el que se debe hacer mayor vigilancia para evitar este fenómeno. Curiosamente el estudio refleja que el poder de los móviles en este ámbito es bastante reducido, ya que se queda en el 0,2% de aquellos que sufren bullying varias veces a la semana. Los datos, aunque no dejan de ser preocupantes, señalan que hay una continuidad en el tiempo de los patrones que han ido afectando a varias generaciones de chavales porque el bullying o acoso no es un asunto nuevo.