crimen de la calle venezuela | consecuencias del fallo absolutorio

La acusación estudia querellarse contra la testigo clave del caso

  • Los letrados creen que puede haber obstrucción a la justicia y falso testimonio en la olvidadiza declaración

Los letrados que han ejercido la acusación particular en el crimen de la calle Venezuela, Gloria Gómez y Leonardo Ponce, están estudiando en estos momentos -como avanzaron ayer a Huelva Información- la posibilidad de querellarse contra la testigo clave en el caso y contra la persona que la acompañaba en el momento de la intervención que realizó en el juicio a través de videoconferencia desde el hospital donde se encontraba ingresada el pasado jueves.

La mujer testificó entonces que no recordaba "absolutamente nada" de los sucedido en la madrugada del 23 de noviembre del año pasado en el bajo del número 5 de la calle Venezuela de la capital onubense, donde un individuo arrebató la vida a Antonio José González de una certera puñalada en la femoral que le hizo desangrarse en cuestión de minutos. El único acusado por este asunto, R.S.F., resultó absuelto el pasado viernes, después de que el jurado popular que juzgaba el caso considerara que es no culpable de los hechos que se le imputaban.

Las acciones legales podrían alcanzar al acompañante de la testigo al pedirle callar

Gómez indicó que, a priori, la mujer no presentaba ningún problema psicológico. Así lo acreditó el forense que la examinó en fechas recientes, quien no detectó en ella "ningún tipo de amnesia ni pérdida de memoria de ningún tipo", algo que ya evidenció el propio fiscal del caso, Miguel Arias, durante el desarrollo del juicio.

Sin embargo, la mujer reiteró una y otra vez en su última declaración que "no recuerdo nada, entré a fumar allí y no recuerdo absolutamente nada; había más gente con nosotros pero no sé precisar las personas que estaban". Justificó su pérdida de memoria alegando que, desde que ocurrieron los hechos, ha estado hasta tres veces hospitalizada y le han diagnosticado, según su versión, "trastorno de la personalidad y ansiedad". A preguntas de Leonardo Ponce, la mujer dijo en el plenario celebrado la semana pasada que "no me he sentido amenazada en ningún momento, por nadie".

Su testimonio era fundamental para determinar la posible implicación del acusado en el crimen. En un homicidio que se cometió en cuestión de minutos, en el que el agresor -por su escasa injerencia en la propia escena- no llegó a dejar ningún resto genético y en el que no olvidó tampoco el arma que clavó a González en el muslo izquierdo, la declaración de esta mujer era vital para su resolución. Ella ya había relatado tanto a la Policía Nacional como al magistrado instructor los pormenores del acto delictivo, llegando a subrayar que vio llegar al acusado a la vivienda y que escasos segundos después lo vio marcharse a toda prisa mientras la víctima gritaba que le habían pinchado.

Considera la letrada Gloria Gómez que la mujer, ante un olvido de tal magnitud -que ha podido ser decisivo para que la balanza se incline en sentido contrario a lo esperado por los familiares de la víctima-, podría estar incurriendo en un delito de falso testimonio y en otro de obstrucción a la justicia.

Pero hay más. La testigo no quiso prestar declaración en la vista oral sin la presencia de su padre. Durante más de hora y media, la sala esperó pacientemente a que el hombre pudiera acompañarla. Pero justo cuando la mujer comenzaba a declarar, se escuchaba una voz fuera de cámara que le decía "di que no recuerdas nada, no digas nada". Gómez tiene "clavada" esta frase en la memoria, una intervención que motivó que el propio presidente del tribunal, Santiago García, llamara al orden al acompañante de la testigo.

Por todo, la acusación particular también estudia querellarse contra el acompañante misterioso por obstrucción a la justicia y por "inducción al falso testimonio", adelantó Gómez, a lo que agrega que "un testigo siempre tiene obligación de decir la verdad".

Lo que queda claro a estas alturas es que "hay un asesino en las calles de Huelva". Acata la letrada con deportividad cualquier fallo absolutorio "siempre que haya una lucha limpia, pero no es el caso y esto no puede quedar impune, porque es la vida de una persona la que se ha quedado por el camino y aquí no estamos para reírnos de la justicia". La iniciativa de querellarse contra estas dos personas atiende a que "esto debe servir para que tengamos una justicia más justa".

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