Huelva

La Virgen del Refugio se reencuentra con Huelva en una histórica jornada

  • Durante el recorrido se viven momentos de fervor en unas calles que cuentan con la asistencia de numerosas personas

La Virgen del Refugio, tras bajar el porche de San Pedro, ayer.

La Virgen del Refugio, tras bajar el porche de San Pedro, ayer. / ALBERTO DOMÍNGUEZ

Va a ser una estampa difícil de olvidar la de la Virgen del Refugio en su salida extraordinaria durante la tarde y noche de ayer. Y es que la titular mariana de Pasión sorprendió a todos los onubenses y visitantes.

El centro de la ciudad se había preparado y engalanado previamente para admirar el paso de la Virgen del Refugio, una imagen mariana datada entre los siglos XVIII-XIX y que es, para muchos onubenses, una gran desconocida. Sin embargo, ayer tuvieron un momento especial para acercarse a ella y comprobar cómo esta imagen es uno de los grandes tesoros artísticos y devocionales de Pasión.

Durante todo el recorrido se vivieron momentos emotivos, que se acentuaron al paso del cortejo procesional por la iglesia de la Concepción, el convento de Santa María de Gracia, con una grata visita a las Madres Agustinas y, especialmente, en el regreso al Barrio Alto de Huelva, desde la calle La Fuente hasta la recogida del templo. Los onubenses y devotos contribuyeron en el resplandor de la procesión, en la que participaron también, como se anunció, un grupo de tamborileros que aportaron sus sones rocieros.

Tras el último día de triduo, con la imagen ya en su paso de palio, el cortejo procesional comenzaba a salir desde la parroquia Mayor de San Pedro a las 19:40. Una treintena de hermanos con cirios, varias mujeres con mantilla y la junta directiva de la cofradía, acompañada por el párroco de San Pedro y el predicador de los cultos, antecedía a la Virgen del Refugio, que asomaba su paso de palio por la Puerta del Mar pocos minutos antes de las 20:00. A esa hora, la plaza de San Pedro y sus inmediaciones era un hervidero de personas que aguardaban la llegada de la Virgen, que en esta ocasión especial portaba importantes novedades, como el manto procesional de la Virgen de la Paz de Ayamonte, también de la Hermandad de Pasión, así como un encaje de punto de aguja del siglo XIX que realzaba aún más la bella imagen mariana.

Desde la plaza de San Pedro, bajada la calle Daoiz, la Virgen del Refugio se adentró por el paseo de Santa Fe, que a diferencia del Martes Santo, se encontraba engalanado con cadenetas y flores de papel para el discurrir de la imagen. La comitiva siguió posteriormente por la calle Puerto, por el lateral izquierdo del monumento a la Inmaculada Concepción, hasta llegar a Méndez Núñez y a la iglesia de la Concepción, donde fue recibida a las puertas del templo.

El transitar de la procesión por la calle Rascón también fue muy esperado, al igual que en las calles Hernán Cortés, Gobernador Alonso y Vázquez López, en un recorrido algo parecido al primero que efectuara Nuestro Padre Jesús de la Pasión en la primavera de 1919, cuando procesionó por primera vez por las calles de Huelva con la Hermandad de Pasión ya fundada.

A la altura de la plaza de las Monjas, numerosos onubenses aguardaban la llegada de la Virgen, que se detuvo en un momento especial en el convento de Santa María de Gracia, donde las Madres Agustinas la recibieron. Nuevamente, el cortejo siguió rumbo al Barrio Alto por la calle Tres de Agosto, la plaza de la Palmera y la calle La Fuente, donde se sucedieron momentos de cantos y de oraciones íntimas de devotos y onubenses anónimos.

La calle Madre Ana, como en Semana Santa, esperó la llegada de la Virgen, pero de una forma un poco especial, con arcos de flores y cadenetas para recibir a la Flor de San Pedro, a la Madre del Refugio, la que es una de las vecinas más antiguas del antiguo Barrio Alto. Su llegada a la calle fue apoteósica, así como su transcurrir, armonizada por los sones de la Banda de Música Virgen de las Mercedes, de Bollullos Par del Condado.

Entrada la medianoche, la Virgen Bonita llegó por fin a la parroquia Mayor de San Pedro y las puertas del templo se cerraron. El 4 de mayo de 2018 pasará a la historia de la ya centenaria Hermandad de Pasión.

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