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Salvar una vida en cuestión de segundos

  • Bomberos Unidos Sin Fronteras realiza un simulacro con cuatro situaciones diferentes de catástrofe

Ayudar y salvar vidas es la seña de identidad de la ONG Bomberos Unidos Sin Fronteras (BUSF). Una filosofía y una forma de vida para paliar las consecuencias de un terremoto y los momentos posteriores a una catástrofe. La ayuda en equipo, la coordinación, cooperación y el conocimiento específico son pautas que no se certifican de la noche a la mañana. La preparación anterior y el trabajo diario suponen un aumento de la probabilidad para que una persona viva. Y todo se desarrolla en cuestión de segundos. La mejor forma de enfrentarse a las peores situaciones posibles es la recreación en tiempo real de escenarios que pueden ocurrir en el futuro con todos los elementos que juegan en contra de la supervivencia. Y así, en esta línea, Huelva volvió ayer a ser marco para el BUSF. Es la tercera edición consecutiva que se celebra en Huelva en el ámbito de la Asistencia Sanitaria en Catástrofes. Cuatro escenarios, veinte alumnos, nueve instructores y un sistema de rotación para ser partícipe de todos los ejercicios.

El sonido de la camilla en su arrastre por el suelo puso el punto de partida de un rescate en espacio confinado. "Necesito un torniquete", se escuchó desde el interior de una especie de agujero creado tras un terremoto en el interior de un edificio. Varios bomberos en el interior y otros tantos en el exterior. Todos en una habitación abandonada, con la oscuridad por testigo y con la única luz de una linterna para realizar la operación. El suelo repleto de escombros y el agobio del momento, del lugar, y con la necesidad de salvar una vida. La recreación del escenario tuvo todos los factores para conseguir que los alumnos se integraran en el papel. "Traed una manta térmica", para que segundos después comenzara la evacuación del herido. "Un, dos, tres: ¡arrastrad!", se repitió en tres o cuatro ocasiones para que la camilla saliese con la víctima que también traía una tablilla en uno de los brazos. Así, se trabajó en las viejas naves del Polígono Mirador del Odiel y en Mazagón.

El objetivo estaba claro, "poner en práctica en situación real toda la atención sanitaria que puede requerir una víctima de un desastre", señaló la responsable de la Unidad Médica de BUSF, Cindia Morales. La iniciativa se desarrolla desde el miércoles en el Parque de Bomberos del Ayuntamiento de Huelva, en virtud del convenio de colaboración que el Consistorio tiene con el BUSF.

En otro de los escenarios se escuchaba, "no hay hemorragia, es una lesión por aplastamiento". La situación consistía en el rescate de una persona atrapada por una carga de una estructura. Así, el trabajo se complicó con el aviso del llanto de un bebé en el interior de un edificio cercano derruido. Una situación en la que varios efectivos se movilizan, se reparten responsabilidades, y se concentran para no dejar en el aire ni un detalle que pueda afectar más a la víctima en cuestión. Toda preparación es poca, y es que la vida depende de un hilo en ciertas ocasiones.

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