turismo

Ruido de cera con sandalias y bermudas

  • El primer crucero del año desembarca a 1.279 pasajeros británicos

  • Buena parte de ellos pasaron el día callejeando en las previas de las procesiones de ayer

John cumple el estereotipo de turista inglés; primero porque viene de Southampton, una ciudad del sur de Inglaterra, y segundo porque todos y cada uno de sus movimientos se empeñan en dar la razón a quienes hacen de ellos el prototipo de visitante británico. Es uno de los más de mil pasajeros que desembarcaron ayerm del Marella Celebration, procedentes de Lisboa. La mayoría de ellos quisieron acercarse a la mediática semana de Sevilla para ser unos más entre la bulla. Una buena parte paseó por una más recogida Huelva en busca de una experiencia que, a buen seguro, no encontrarán en su lugar de origen. A pesar de reconocer que "en el barco nos explicaron algo sobre la Semana Santa", las miradas constantes al suelo delatan su extrañeza: "es cera", se dicen unos a otros. Al segundo siguiente ponen cara de no imaginarse la cantidad de velas necesarias para dejar el pavimento de esa manera.

Pantalón corto de color rojo, elegante como sólo un inglés sabe serlo, sandalias afortunadamente sin calcetines, busca el sol como un alivio al fresco de las primeras horas en las calles de Huelva. Mira sin disimulo a los palcos y, de nuevo, le cuesta imaginarlos llenos de gente. A pesar de que tienen que partir "pronto" por la tarde, esperan "ver parte de lo que nos han dicho". Se asombran de "la cantidad de gente por la calle, vestidos de fiesta", que contrastan con su uniforme de verano y con la tradicional falta de cuidado a la hora de combinar los colores de una manera mínimamente coherente. Aprovechan las primeras horas de la mañana para unas compras para las que siempre parecen encontrar el momento.

Andrew es del norte de Londres y no tiene el más mínimo empacho en ocupar la única mesa en un bar de la plaza de las Monjas con una pinta de cerveza encima, a pesar de que a esta hora de la mañana está en franca minoría con los cafés y derivados que se agolpan en el resto. Le gusta más la suya pero sentencia con un "ésta es más barata" que desarma por completo. Es un crucerista habitual, de aquellos que "una vez al año, mi mujer y yo hacemos alguna ruta" y el Mediterráneo es lo que más les gusta. Rick Stein ha hecho mella en el público británico y su empeño en dar a conocer las excelencias de una vida en la que prima el disfrute de las cosas simples, parece que ha calado entre sus compatriotas.

Son dos de los 1.279 pasajeros en su mayoría británicos que llegaron en el primer crucero del año junto a una tripulación de 531 personas. Según las previsiones, llegarán otros 11 más, un número que duplica los llegados el año pasado al Puerto de Huelva que traerán a la ciudad a un total de 11.580 pasajeros dispuestos a pasar unas horas en la ciudad que, poco a poco, comienza a hacerse atractiva para este tipo de visitantes. Los de ayer llegaron procedentes de Lisboa y partieron con rumbo a Cádiz.

Fue el grupo de trabajo Huelva Cruise Network el encargado de organizar los servicios de los que disfrutan los cruceristas, entre ellos un servicio de autobuses lanzadera para transportarlos desde el Muelle Sur hasta la Oficina Central de la Autoridad Portuaria de Huelva, donde los citaron a las 18:30. La bienvenida a los visitantes en el lugar de su atraque estuvo a cargo del grupo Litore Lux, que con estampa colombina, les ofreció un marco de espadas. Los visitantes contaron con diferentes excursiones organizadas por Atlantour, en las que visitaron, además de la ciudad de Huelva, las Rutas Colombinas y Sevilla. Quienes se decidieron por permanecer en la ciudad, prometieron volver; "nos ha gustado la amabilidad de la gente; nos explican todo y son simpáticos, a pesar de que el idioma les cuesta un poco". Es la mejor tarjeta de visita.

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