Huelva

Revitalizar la fiesta del Corpus

  • Las vísperas conseguirían crear el ambiente de ciudad, perdido en la actualidad en la celebración eucarística

  • La participación de onubenses en las aceras es prácticamente nula

Momento en el que se inciensa la Custodia al paso del altar instalado en la calle Mora Claros, por la Asociación Asuncionista.

Momento en el que se inciensa la Custodia al paso del altar instalado en la calle Mora Claros, por la Asociación Asuncionista. / alberto domínguez

Hoy, domingo de la octava del Corpus, era cuando hace muchos años salía el Corpus de la Concepción, que rivalizaba con el de San Pedro que como parroquia mayor tenía el privilegio de celebrar la solemnidad en su jueves.

Es una mirada a un Corpus que además de solemne se revestía de fiesta de la ciudad. Los tiempos son muy distintos, pero ante las últimas celebraciones hay que reaccionar. Al menos es necesaria una reflexión si en verdad se desea que esto sea una fiesta que honre a Jesús Sacramentado.

Es necesario crear una comisión de diferentes colectivos para revitalizar la fiestaSe crea una polémica innecesaria al cambiar el orden en las sacramentales

Para muchos lo más relevante resultó ser la polémica con la Hermandad Sacramental de Pasión, que este año se pretendía relegarla dos puestos más en el lugar que le corresponde y, por ello, se marchó. Ocurre que nadie quiere asumir que es la Sacramental de San Pedro, relegada hace unos años al penúltimo lugar de las sacramentales, para darle la primacía a la capitular, como si esta fuese la procesión de una parroquia.

Ahora se argumenta la fecha de su fusión, olvidándose la historia de la sacramental del siglo XVI. Es fácil, no se puede crear lo que ya existe y la de San Pedro se fundó en 1536. Pasión ofrece su infraestructura de hermandad para mantenerla viva. Es lo que debió hacer la Archicofradía de la Vera Cruz, exigir el lugar que le corresponde a la Sacramental de la Concepción, que es a la que mantiene viva. Porque es la sacramental de la parroquia. Hay cofradías que piensan que lo sacramental en el título es algo propio y así se ven los cultos en sus parroquias que a lo sumo van algunos de sus hermanos, cuando deben entender que la hermandad sacramental no es de la hermandad, sino de la parroquia y así de todos los feligreses y demás hermandades.

Esta es una cuestión de conceptos, pero no la más importante vivido en la Fiesta del Corpus de este año; aunque sí visualiza lo que es el Corpus en Huelva y la situación que se padece. Hay que olvidarse de que es una procesión para pasearse y lucir insignias y estandartes, es para acompañar y alumbrar al Señor.

Esta es la procesión de las procesiones porque se lleva a Jesús Sacramentado. Es, igualmente, la que más participantes cuenta en el cortejo, aunque de eso hay también es menester hablar.

Reconociendo el esfuerzo y dedicación de quienes participan en la organización es fundamental el análisis para evitar, por ejemplo, el desorden en la procesión con cortes, la falta de orden tras la custodia para que las autoridades puedan caminar bien, los bancos en medio de la calle Mora Claros o que la megafonía no se escuche solo frente al altar de la bendición.

Eso quizás sea lo más visual, pero hay otras cuestiones que interesan más, como es la escasa participación de los sacerdotes en la procesión. Si hace calor y es incómoda, lo es para todos; queda muy feo salirse de la fila. Las parroquias deberían potenciar más la asistencia a esta procesión, más allá de la participación de los niños de primera comunión.

No se puede sacar la procesión para que no haya nadie viéndola. Hay un problema de fecha que no se podrá resolver, pues el día litúrgico en el que toda la Iglesia de España celebra el Corpus Christi es el domingo. Cuestión distinta es la hora, se puede probar, pero cuando salga el Corpus por la tarde es cuando viene el personal de las playas.

Lo fundamental es crear conciencia de fiesta y entonces la gente sí participará. En ello están los dos altares de los jóvenes de la Sacramental de la Salud y los asuncionistas; hay que aplaudirles y animarles. Eso sí es vivir la fiesta al Señor, porque es lo que se hizo siempre. Es adornarlo de lo sencillo y lo hermoso, lo que sale de la gente. Al Corpus se le quitó todo y tenemos la procesión que tenemos. No hablamos de la participación de imágenes que se perdieron, también se dejaron de escuchar los coros delante de la custodia.

Es clave potenciarlo en las parroquias, para que los feligreses vayan a ver la procesión y hay que poner sillas en algunos lugares del recorrido, para que sea cómodo las dos horas y media de procesión. La parroquia de la Concepción ya lo hace, con su altarito en la puerta de Méndez Núñez; en la sombra de este lateral es un lugar ideal para poner varias filas de sillas.

Esta es una procesión que debe estar en el pueblo más allá de oficialidades. Ni juncia ni romero, que se encargó de quitarle el Ayuntamiento del Partido Popular, una tradición que continúa en la actualidad.

No es importante la juncia ni el romero, pero todo ello envuelve una tradición que va desapareciendo por inanición. El Corpus será otra cosa si se empieza potenciando las vísperas para que, por ejemplo, los altares instalados se puedan ver en la tarde del día antes. Que la música de las bandas de hermandades ocupen su lugar de anuncio con bandos por las calles, de concierto de la Banda Municipal de Huelva en la Plaza de las Monjas. Que la ciudad viva la fiesta desde su anuncio. Hay muchas cosas por hacer, desde el adorno de escaparates, de calles con sus balcones, un cartel... Nada de esto existe a día de hoy.

Es necesario una reflexión para avanzar y recuperar un día de fiesta que sienta la ciudad, si en verdad es lo que se quiere. De lo contrario, habrá que reducir la procesión alrededor de la Plaza de la Merced, a modo de vía crucis de las hermandades. Sin duda, aunque hay quienes piensen esto, no es la respuesta que merece el homenaje a Jesús Sacramentado en una ciudad que se precia de tener a un santo de la eucaristía como es san Manuel González.

Hay que pensar en una organización del Corpus más abierta, en una comisión donde estén personas, hermandades y entidades dispuestas a que esto se convierta en la Fiesta del Corpus Christi. La que Jesús Sacramentado se merece.

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