Huelva

Las Reinas ya están en sus pasos de palio

  • Nicasio Durán y José Fernández han terminado ya su minuciosa labor de vestir a la Victoria y a la Esperanza.

Todos los preparativos se ultiman de cara a los inminentes desfiles procesionales. Las casas de hermandad y los templos son un hervidero de actividad porque todo debe estar perfecto ante la cita anual que cada cofradía tiene con el pueblo de Huelva. Una de las actividades más delicadas y queridas en cada hermandad es el de vestir a sus vírgenes titulares. Sus encargados lo sienten como un auténtico privilegio y no escatiman horas para que el trabajo quede impecable. Prueba de ello son los vestidores de las dos Reinas del Miércoles Santo: La Victoria y la Esperanza, las dos advocaciones que de la misma manera y con la misma intensidad, llenarán de admiración y devoción las calles de la capital.

Nicasio Durán es el vestidor de la Reina del Polvorín. Lleva diez años ejerciendo esta tarea y para él es un tremendo orgullo. La Victoria ya está lista para el próximo Miércoles. Todo está preparado y tan solo queda ponerle las joyas y las flores al paso. Por lo demás luce con toda la belleza que el buen hacer de Nicasio imprime a la imagen. El vestidor comenta que su trabajo concluyó a las 7:00 del lunes. Estuvo toda la noche en ello ya que comenzó a las 20:30 del domingo. Cerca de doce horas de minuciosa dedicación que comenzaron con la presencia de las Teresianas en el Sagrado Corazón. Las religiosas son las encargadas de cambiarle la ropa interior.

Nicasio viste a la Virgen en su capilla y posteriormente es trasladada hasta el paso. Cuenta como ayudantes a su hermana y a otra chica de la hermandad que lo ayudan en todo momento. El vestidor incide en que "son muchos los detalles en los que hay que estar al tanto", de modo que las horas van sucediéndose aunque lo importante es que todo quede bien. Por lo que respecta a este año en el capítulo de novedades, la Victoria lucirá una blonda de mantilla que ya mostró en el besamanos de hace un par de años pero que aún no se ha visto en la calle.

En el centro, cerca de la Plaza Niña, José Fernández ultima en la mañana de ayer su labor con María Santísima de la Esperanza. El trabajo lo comenzó en la tarde del martes y estuvo en la capilla hasta bastante entrada la madrugada del miércoles. Un poco de descanso y de vuelta al trabajo. José lleva desde 2006 en esta actividad con la titular de San Francisco. Como vestidor tiene sin embargo, sobrada experiencia ya que ha estado vistiendo a la Virgen de la Caridad y a las imágenes del misterio de la Expiración.

Para ser vestida, la Esperanza fue bajada de su camerino. Ese es el momento en que la minuciosa tarea de los mil detalles da comienzo. José Fernández destaca en esta ocasión, la elaboración del tocado que es lo único que cambia en la Virgen este año y que consiste en un juego de blonda. El vestidor entiende que es clásico en su arte. Todo debe quedar bien afianzado y firme pero sin que se transmita rigidez, sino todo lo contrario. Ese es el caso por ejemplo de las manos que deben ir seguras pero mostrando naturalidad.

Como ya se ha comentado, una de las preocupaciones es que todo quede bien afianzado. El palio estará muchas horas en la calle, son muchos los ojos que la van a contemplar y todo tiene que estar preparado para cualquier contingencia: "Hasta una fuerte ráfaga de viento puede acarrear algún problema", apunta el vestidor. José Fernández no descubre en su trabajo, algún tipo de impronta personal, "aunque hay gente que me lo dice. Yo procuro ponerle lo que le sienta mejor, lo que más le favorece".

Las novedades de este año apuntan al capítulo de las joyas, ya que la Esperanza llevará un broche de oro, regalo del grupo joven de la hermandad y otros dos de oro y plata, donados por devotos.

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