violencia de género | la atención psicológica a las menores víctimas

Recuperar la sonrisa de las mujeres

  • El Instituto Andaluz de la Mujer trabaja desde finales de 2012 con menores víctimas de violencia de género

  • El programa acoge a chicas desde 12 a 17 años

Existe una Biblia para reconducir vidas que permanecen en la sombra. Una Biblia que desgrana soluciones eficaces para ver de nuevo una sonrisa en la cara de una mujer. Una Biblia que indica cada una de las pautas para regresar a la felicidad, el amor verdadero, recuperar la vida familiar y terminar queriéndose a uno mismo. La guía para madres y padres con hijas adolescentes que sufren violencia de género del Instituto Andaluz de la Mujer es mucho más de lo que hay escrito en su centenar de páginas. Es una puerta a la libertad y la normalidad. Es saber levantarse de la caída al vacío producida por un maltratador. Es volver a reconciliar una recaída y escribir de nuevo una seña de identidad que se enmarca en la seguridad, en la confianza y en la estabilidad mental.

La guía sirve de apoyo y está integrada en el programa de Atención Psicológica para Mujeres Menores de Edad Víctimas de Violencia de Género por parte de sus Parejas o Exparejas. El Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) de Huelva trabaja día a día desde finales de 2012 para recuperar la vida de muchas mujeres menores que han sido o son víctimas de la violencia de género. En la provincia de Huelva los datos son escalofriantes. Un total de 70 menores han sido atendidas por el IAM desde que se implantara el programa, y aunque la línea de trabajo estaba planteada para ocuparse de chicas entre 14 y 17 años, el IAM ha llegado a acoger en el proyecto a menores con 12 años de edad. Y habría que sumar todas aquellas chicas que sufren violencia de género y no demandan la ayuda del IAM.

Una guía para padres les enseña cómo reaccionar ante las etapas de las víctimas

"Todo el proceso de desintoxicación de una relación de violencia de género es muy parecido a una desintoxicación de una sustancia", indica la directora del IAM en Huelva, Eva Salazar, y así la guía surge para explicar a los padres "qué hacer en las diferentes situaciones" que se pueden presentar. Cada vida es un mundo y cada relación de pareja aún más y no todas las menores que entran por la puerta del IAM, situado en la Plaza de San Pedro, llegan en las mismas circunstancias y estado de una relación en el que se presenta la violencia de género. Las primeras alarmas de que una relación es tóxica y convive con la violencia de género no son síntomas de los que suelan darse cuenta las menores. "Por eso, normalmente, cuando vienen, llegan mal porque el proceso está muy avanzado, incluso con agresiones físicas", apunta Salazar, y es que como las relaciones de menores son "más cortas y no conviven" se pueden producir "situaciones brutales" para ellas en muy corto espacio de tiempo.

Las menores piden la ayuda del IAM en diferentes momentos. Puede ser "cuando se produce una fase de explosión, una bronca muy grande. O presionadas por la familia", indica la psicóloga Cinta Santos. Incluso, a veces, las menores llegan "con la idea de ver cómo puedes ayudarlas para que su relación funcione, no vienen con la idea de dejar a su pareja". La cuestión fundamental es que "poco a poco se vayan dando cuenta" porque "si les prohibes o les dices que esa relación no puede seguir" lo que se consigue finalmente es que se vayan de la atención del IAM.

La guía nace "con la voluntad de ser una herramienta que pueda ayudar a otras familias a afrontar la violencia de género que sufren sus hijas, ayudando a madres y padres en la difícil tarea de rescatar a su hija de esta dañina situación", tal y como se puede leer en el propio impreso. Este tipo de situaciones se encuadran en un proceso "largo, duro y complejo". La longitud en el tiempo de la recuperación está equiparada dependiendo en "lo dañada que esté cada niña además de cómo entienda el proceso", señala Cinta Santos. Y es que "a lo mejor vienen muy decididas a abandonar la relación porque ha ocurrido una crisis o una agresión pero cuando pasa un tiempo" se olvidan y "comienzan los buenos recuerdos", incluso "ellos vienen a buscarlas" o indagan en la forma de "contactar otra vez con ellas". En esta línea, "hay chicas que están más fuertes que otras".

Una vez que las menores entran en el programa del IAM el modus operandi tiene una estructura fija. "Tengo una primera sesión en la que trabajo con los familiares y la menor donde les explico el programa y las actuaciones que hay que hacer", señala la psicóloga. Después Cinta Santos tiene un total de siete sesiones individuales con las chicas y, cada 15 días, acuden a reuniones de grupo donde se trabajan las relaciones tóxicas, cómo no volver a caer en una de ellas o aprender a detectar esos chicos con los que hay un relación de control y desigualdad. Los padres, en cambio, asisten a una reunión grupal mensual donde reciben pautas y expresan sus problemas.

Es "muy importante" trabajar con los padres porque "en muchos casos" no son conscientes de lo que es la violencia de género. "Y no estamos hablando de padres que no tengan un nivel educativo. Ellos a veces piensan, además, que llegan hasta aquí y el proceso está solucionado. Y no. Es un largo proceso. Sí es cierto que acuden más madres que padres, pero los padres también acuden y se implican", señala la psicóloga.

El tacto con las menores es y debe ser fundamental. Tanto es así que el concepto "malos tratos" no se nombra durante la intervención. El comienzo es que reconozcan "lo que es un relación de desigualdad, de control... trabajamos las relaciones tóxicas y que ellas se identifiquen" mediante el análisis de ejemplo y situaciones. "Primero tienen que reconocer la situación en la que están metidas", explica Santos, y después, fuera de las sesiones, se tienen que fijar en "distintas pautas para que vean que las están aislando" tanto de su familia como de su entorno de amistades. Y es que en estas relaciones tóxicas "no las dejan estudiar e incluso las controlan las horas de sueño". Lo importante es que "detecten que los celos no son amor".

Cuando una menor supera todo el proceso y comienza una relación nueva se siente "rara". "Es que le digo que voy a salir con mis amigas y no me dice nada", expresa la psicóloga lo que le suelen decir las menores, a lo que ella les responde que "eso es lo normal". E incluso sus nuevas parejas "las hacen sentir que no las quieren lo suficiente" porque antes, con su antigua pareja, relacionaban celos y control con amor. Por eso "cuando empiezan una relación les cuesta". Cinta Santos también trabaja con orientadoras de los institutos para ejecutar una línea conjunta en las menores. "Incluso tengo niñas que están en centro de menores y trabajo con los tutores del centro".

Y ahí sigue el IAM. En ese esfuerzo por recuperar la vida de muchas víctimas de violencia de género tanto mayores como menores de edad. Día a día. Sesión tras sesión. Del trabajo en la sombra por la dignidad de las personas.

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