Huelva

Muelle de LevanteLa ciudad recupera su espacio

  • La fachada marítima de Huelva pasa por limpiar el actual espacio portuariol La Autoridad Portuaria tiene previsto acometer el derribo del edificio de Expofrisa

Con las últimas paredes del edificio del Crustamar por pasar a la historia, a lo largo de los próximos días la Autoridad Portuaria de Huelva comienza a diseñar el planteamiento del Muelle de Levante, la verdadera fachada a la Ría de la ciudad y, al mismo tiempo, la más abandonada a una actividad pesquera que precisa una regulación urgente. Naves deshabitadas, testigos de otros tiempos de esplendor en el sector pesquero, fábricas de hielo con tecnología obsoleta y diseño más que cuestionable y, en general, el desaprovechamiento de un espacio que Huelva precisa recuperar para sí misma. Sobre la mesa, tal y como ha podido conocer Huelva Información después de la reunión que mantuvieron hace unos días responsables municipales con la Autoridad Portuaria de Huelva, está el replanteamiento global de un espacio que en parte se encontró el actual equipo heredado de la etapa anterior.

Lo primero que desaparecerá, además de la poca vida que le queda al Crustamar, será otro edificio dedicado a la industria del frío. Expofrisa dejará el espacio que en la actualidad ocupa en la glorieta de las Olas para dejar únicamente los dos edificios de dos alturas, uno de ellos en las últimas labores de rehabilitación para convertirse en la sede de HuelvaPort. Tras ellos, los servicios hosteleros serán una de las mayores atracciones, al menos hasta que se configuren todas las demás iniciativas en la zona. Lo cierto es que el edificio, además de estorbar para los planes que tanto el Puerto como la ciudad tienen previsto desarrollar en la zona, se había quedado absolutamente obsoleto tanto en su diseño como en su funcionalidad.

La idea inicial es dar continuidad estética a la conseguida con el Paseo de la Ría

Pertenece a una época en la que la fabricación de hielo apenas iba más allá de la congelación del agua y el raspado de los bloques para obtener la forma de escamas que precisa la conservación de la pesca del día. Hoy en día, incluso algunos barcos tienen sus instalaciones para poder obtenerlas de manera inmediata. Su arquitectura además jugaba en su contra y dictó su sentencia. Ninguno de los intentos por parte de la Autoridad Portuaria de Huelva por encontrarle acomodo en otro cometido, surtieron efecto alguno y al final se convertirá en poco más que un montón de escombros, aunque sus tareas de derribo serán más complejas que en el caso del Crustamar, cuya estructura está menos asentada.

En los últimos días que le quedan a éste último (apenas queda en pie una de sus paredes), el solar que se extendía delante de su entrada revela de manera involuntaria el destino del mismo. En el lugar se agolpan losetas del mismo tipo que las empleadas en el Paseo de la Ría inaugurado el pasado verano. La idea principal es la de establecer una solución de continuidad al diseño establecido en ese último tramo estrenado por Susana Díaz, Fátima Báñez y Ana Pastor.

Lo que diferirá será en el contenido de dicho espacio. El edificio de la nueva lonja pesquera vive los últimos momentos antes de estar plenamente operativa a lo largo del próximo otoño, coincidiendo con la parada biológica de la flota onubense. Los trabajos los lleva a cabo la empresa Construcciones Sánchez Domínguez Sando SA y tienen un presupuesto de 5,7 millones de euros; hasta ahora se han ejecutado las partidas correspondientes a los movimientos de tierras, el desvío de las líneas de suministro de servicios afectados, las cimentaciones, el saneamiento y casi la totalidad de la estructura principal del edificio que albergará a la totalidad de las instalaciones, de hormigón armado. En estos días se ultiman los trabajos de albañilería, revestimientos interiores y fontanería.

Según pudo conocer Huelva Información, es la segunda fase del proyecto la que en estos momentos se encuentra en pleno proceso de replanteamiento. La propuesta inicial contaba con tres edificios más (a añadir a la lonja y a la nueva Ciudad del Marisco cuyos proyectos fueron ya presentados). En ese proyecto heredado se contemplaba un inmueble de 1.100 metros cuadrados de planta destinado a la restauración, otro de zona comercial con la misma superficie y un tercero con 1.200 metros cuadrados de planta baja y una altura más. Además, está prevista una superficie capaz de albergar 200 plazas de aparcamientos.

La saturación que se lograría con los mismos cuestionaría la intención de hacer una superficie diáfana para el disfrute ciudadano, con espacios libres y con puntuales instalaciones para algunas actividades relacionadas con el ocio.

En este mismo sentido, se pretende buscar una idea rompedora desde un punto de vista gastronómico, algún cocinero reconocido que, no sólo aportase su prestigio a la zona, sino también que ayudara con los gastos de mantenimiento que no pretenden aumentar las arcas de la Autoridad Portuaria, sino contribuir a unos pagos que, al menos en el caso de los chiringuitos que en la actualidad se extienden por el Paseo de la Ría, no llegan con mucho a los gastos que genera una superficie que debe ser mantenida a diario. Por otro lado, las antiguas naves de los exportadores de pescado, buena parte de ellas sin utilización después de la caída de actividad del sector, serán demolidas de manera paulatina y su actividad se trasladará al Puente Sifón.

Llegará entonces el turno de la rotonda que sustituirá a la que existe en la actualidad y que permitirá un acceso más fluido desde la avenida Francisco Montenegro a la de la Ría, algo para lo que se espera que finalicen de una manera definitiva las labores de derribo del edificio Crustamar. También esperan algunos trabajos de saneamiento en la misma zona.

Por último, se acometerá toda la remodelación del espacio del muelle del Tinto, que en un principio deberá revitalizar uno de los símbolos del arte industrial más conocidos de toda la geografía no sólo onubense. La idea inicial era disponer de una plataforma que uniera las dos partes en las que ahora se divide y que fueron separadas para permitir la circulación de camiones de grandes dimensiones.

Será en ese momento cuando se comiencen a plasmar en realidad las palabras que se dijeron en las primeras labores de derribo del Crustamar a comienzos del mes de marzo. En aquella oportunidad, el alcalde de la ciudad, Gabriel Cruz, reconoció que comenzaba a darse "un paso más en lo emprendido después de la inauguración del Paseo de la Ría, que se ha convertido en un espacio utilizado por miles de onubenses; éste es el siguiente peldaño que nos permitirá devolver la imagen marinera de Huelva que necesitamos y que no debemos perder. La integración del Puerto con la ciudad es necesaria para hacer una ciudad mejor, más transitable, más dinámica y que ofrezca nuevas oportunidades; se pone en valor un elemento fundamental de un elemento señero para la ciudad como es el cargadero del mineral del Tinto; es un compromiso de la ciudad que compartimos con el Puerto en favor de la modernidad". Si los muelles son unos de los que más futuro tienen en lo relativo al tráfico portuario de todo el sistema nacional, la fachada marítima de la ciudad, puede comenzar a militar en la misma división.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios