Huelva

Los Magos de Oriente llevan la ilusión a niños y mayores

  • Los tres Reyes, sus pajes y las estrellas de la ilusión inauguraron la jornada en hospitales y asilos

El día de Reyes en Huelva comenzó ayer muy temprano. Antes de que sus majestades se instalaran en sus respectivos tronos y recorrieran las calles de la ciudad acompañados de su séquito real, el trío regaló risas, ilusión y alegría a aquellos que por la tarde no podrían disfrutar de la cabalgata que simboliza su llegada desde Oriente a tierras onubenses. Los más pequeños y los más veteranos fueron los protagonistas de una mañana de lo más emotiva. Siete paradas mágicas con las que Melchor, Gáspar y Baltasar hicieron las delicias de los presentes.

La Casa Colón fue el punto de partida. Antes de que el reloj marcara las nueve de la mañana, el salón de chimeneas del edificio onubense rebosaba ganas de comenzar el recorrido. Así, foto de familia, en la que posaron sus majestades junta a la estrella de la ilusión y sus compañeras, y comenzó el paseo que duraría hasta bien entrada la una del mediodía.

Acompañados durante todo el recorrido por el coro de la Asociación de Amas de Casa del centro de Huelva, la primera parada fue la residencia de minusválidos Hogar Mª de Nazaret. A sus puertas, una decena de niños esperaban ansiosos a los Reyes. Dentro, los Magos consiguieron pintar las primeras sonrisas en las caras de los presentes con palabras de cariño, regalos y los tradicionales caramelos, según dicen, de la suerte. Momentos antes de abandonar el centro, los más pequeños congregados allí recibieron sus propios regalos personalizados gracias a la magia de los de Oriente.

Claveles para ellas y puñados de caramelos para todos fueron los presentes que los Reyes, sus pajes y las estrellas de la ilusión llevaron a la Residencia de Mayores de La Orden y al Hogar Santa Teresa de Jornet, las segunda y tercera visitas dentro de su paseo matutino por la ciudad. Así, alrededor de las diez de la mañana, los ancianos de la Orden acompañaron al coro cantando los villancicos más populares al son de guitarra y pandereta, mientras la comitiva real recorría los pasillos de la residencia despertando al niño que todos llevamos dentro. Un día diferente que, al menos, saca de la rutina de cada día a ingresados y trabajadores del centro. En el Hogar Santa Teresa de Jornet la nota divertida corrió a cargo de un niño quien, ilusionado y nervio, entregó su carta de deseos a Baltasar.

Los hospitales de Huelva también fueron destino de sus majestades. El Juan Ramón Jiménez fue el primer centro de salud dentro de esta mágica visita real, donde la comitiva se dirigió directamente al área de Psiquiatría donde varios enfermos esperaban en la puerta emocionados y contentos. Pero tras tres horas de recorrido, llegó la hora del descanso, tiempo que el coro y demás acompañantes de los Reyes Magos aprovecharon para animar un poco la fiesta con los villancicos más flamencos y los más divertidos se animaron a bailar por sevillanas en uno de los descansillos del hospital onubense.

En el ecuador de la mañana, los Magos explicaron que "muchos son los sentimientos que tenemos que no se pueden explicar con palabras. Lo que importa es que estamos trayendo un poco de la magia de estas fiestas a lugares como estos". Tras este breve receso, el mismo ambiente animó a todos los que se amontonaban en los pasillos alertados por el jaleo. Los mayores de la residencia Virgen del Rocío también recibieron a los Magos quienes se afanaron en alegrar a los ancianos que reían y se ilusionaban con la inusual visita, alertados por la cantidad de gente que acompañó a los Reyes durante todo el recorrido.

Aunque estas paradas estuvieron dedicadas a los mayores, muchos niños se acercaron a sus majestades para no peder la oportunidad de verlos en persona. Los que sí disfrutaron de ellos fueron los del área de Pediatría del Hospital Infanta Elena. Algunos lloraron y otros rieron, pero a todos les tocó un regalo y disfrutaron de la visita. Sus sonrisas lo decían todo y sus padres los animaban para que besaran las peludas barbas de los de Oriente o al menos no salieran corriendo con su presencia. Alrededor de la una, con esta última visita terminó el recorrido matutino de los Reyes de Oriente, quienes ya se preparaban, nerviosos, para la tarde de más emociones que les esperaba. Pero antes de montarse en las carrozas desde las que alegraron al resto de los onubenses, los tres Reyes Magos, como es tradicional en la ciudad, hicieron una ofrenda floral a la patrona de la ciudad, la Virgen de La Cinta.

Con todo, fueron unas horas mágicas en las que todos rieron, algunos lloraron y muchos volvieron a vivir al menos un poco de la magia de estas fiesta.

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