La Junta cambia el argumentario. El miércoles culpó a la Lomce del varapalo que ha supuesto la publicación del informe PISA, que constata no sólo que los alumnos andaluces de 15 años continúan cosechando uno de los peores datos de España, sino que la brecha entre las regiones del norte y del sur sigue agrandándose en lo que se refiere a los logros académicos. Un día después, la explicación estriba en el bajo nivel socioeconómico de los centros educativos evaluados por la OCDE en su estudio. La consejera de Educación, Adelaida de la Calle, incidió ayer en que hay unos 90.000 estudiantes andaluces en más de 2.000 centros en la edad a la que se hacen los exámenes del informe PISA. De ellos, se han examinado 1.813 estudiantes en 54 institutos.

"Son cifras que llaman poderosamente la atención y que también pueden ser examinadas", agregó De la Calle, quien sostuvo que le "extraña" que todos los centros seleccionados tengan el índice sociocultural más bajo de todos los examinados. La titular de Educación también aludió a que la tasa de analfabetismo que Andalucía sufría en la Transición es un "elemento esencial" para explicar los malos datos del informe PISA. En su opinión, la peor situación de partida explicaría que Andalucía tenga hoy entornos socioeconómicos y socioculturales "muy diferentes" a los de otras comunidades que presentan mejores datos en el informe sobre la situación educativa. "Cuando se sale de puntos diferentes a correr la misma carrera, el resultado es diferente y costoso", recalcó.

"Que mis hijos, que han nacido entre libros, no hubiesen hecho una carrera universitaria, sería durísimo; ahora, si los hijos de otras personas que no han visto un libro en su vida tienen que competir con los míos, la cosa es diferente", explicó la titular de Educación en una entrevista en la Cadena Ser recogida por Europa Press. "Los entornos son fundamentales en cualquier sistema educativo porque la educación no solo es desde nuestros excelentes maestros, que también hacen un esfuerzo enorme", resaltó.

Las explicaciones de la titular de Educación no convencieron a la oposición. La portavoz parlamentaria del PP-A, Carmen Crespo, censuró que la consejera "le eche la culpa a la Transición" e ironizó con que podría responsabilizar a los "Reyes Católicos". En su opinión, el informe refleja el "fracaso de la política educativa de los cuarenta años de Gobierno socialista" y también supone el "derrumbe de los castillos en el aire de Susana Díaz sobre el Estado del Bienestar".

La portavoz de Podemos en Educación, Libertad Benítez, aseguró que los resultados "no son un suspenso ni de los niños ni del profesorado andaluz, sino de la Junta en materia educativa". "Ni los niños andaluces son menos listos que los catalanes ni el profesorado tiene menos interés que el de Galicia", explicó Benítez, que mostró su "indignación" por las "excusas vergonzosas" del Gobierno andaluz al "intentar achacar los resultados del informe a la Lomce, que está implantada por igual en todos los territorios y en cuya aplicación ha sido alumno aventajado de Mariano Rajoy".

El líder regional de Ciudadanos, Juan Marín, abogó por llevar a cabo un pacto nacional por la educación que evite la publicación de una ley educativa "cada cuatro años". Además, subrayó que el informe "es realmente una fotografía, una radiografía, de lo que hoy es el sistema educativo en Andalucía y en España". "No descubre nada que no sepamos ni todos los españoles ni todos los andaluces", lamentó.

Por su parte, IU exigió la comparecencia de la consejera de Educación en el Parlamento. Su coordinador regional, Antonio Maíllo, quiso"relativizar la brecha entre regiones" a la que alude el informe. Maíllo recordó que es elaborado por la OCDE, "la organización de los sistemas capitalistas mundiales para orientar a los gobiernos sobre las políticas educativas de un determinado tipo". "La esencia del sistema educativo no es ser productivo, sino que debe servir para formar a ciudadanos libres y críticos", defendió Maíllo.