Huelva

Huelva supera la media andaluza en el reciclaje de medicamentos

  • Los onubenses reciclan casi 82 gramos por habitante en el último año

  • Las 251 farmacias de la provincia tienen punto Sigre

El cuidado y respeto al medio ambiente es una de las tareas que deben pasar de ser una opción a una obligación. La sociedad, cada vez más concienciada con su entorno, se afana por hacer de la ciudad un lugar más sostenible. El reciclaje es una de las mejores opciones para este fin. Cada tipo de residuo irá a parar a un contenedor diferente lo que permitirá más adelante, que sean tratadas por separado.

El reciclaje de materiales como el vidrio, el papel o el práctico son tareas que ya se realizan de una manera prácticamente autómata en la mayoría de las familias onubenses. Sin embargo hay elementos que por falta de información se desechan sin oportunidad de ser reutilizados, como los medicamentos. En muebles, cajones y botiquines de numerosos hogares se acumulan pastillas, jarabes y soluciones solubles de tratamientos pasados que con el paso del tiempo siguen ahí sin saber muy bien que hacer con ellos. Para ello se habilitan en la mayoría de farmacias de la provincia los denominados puntos Sigre (Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases) iniciativa ecológica sin ánimo de lucro que pretende evitar que tanto los envases de los medicamentos como los restos de éstos, se mezclen con otros residuos y acaben contaminando el medio ambiente. Con su adhesión a Sigre, las farmacias onubenses desempeñan un papel esencial al informar, difundir y animar al ciudadano a que deposite en el contenedor blanco de la farmacia los envases y restos de medicamentos que ya no necesita o que están caducados. Maribel Díaz, de la farmacia licenciado García Jiménez, explica que "aún falta conciencia de reciclaje pero cada vez viene más gente queriendo reciclar sus medicamentos". En esta dirección apuntan los datos aportados por Sigre a Huelva Información. Según su director general, Juan Carlos Mampesa, los onubenses reciclaron 81,96 gramos por habitante el último año, por encima de la media andaluza, que se sitúa en 81,46 gramos/habitante. El crecimiento con respecto a años anteriores no es destacable en cifras, pero es un dato importante ya que según Mampesa, "esto significa que también disminuye la venta de medicamentos y que las personas hacen un uso más responsable de estos". Así explica que las familias ya no malgastan ni desperdician medicamentos y "son más conscientes a la hora de concluir tratamientos". Además, la subasta de medicamentos ha hecho aumentar el control y disminuir las ventas no estrictamente necesarias.

Las farmacias están representadas en Sigre por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Huelva. El profesional farmacéutico, potenciando el uso responsable de los medicamentos y contribuyendo a cerrar correctamente su ciclo de vida, cumple una función de especial relevancia; ofrece al ciudadano un lugar cómodo y cercano para la entrega de los residuos de medicamentos; garantiza el control y custodia de los residuos; amplía su habitual faceta de asesoramiento al consumidor sobre el uso y consumo de medicamentos, prestando un nuevo servicio a la sociedad, esta vez de carácter medioambiental. En Huelva son 251 las farmacias, según datos de Sigre, que cuentan con puntos de recogida para el reciclaje de alimentos.

El director general de Sigre explica cómo se lleva a cabo el proceso: "cuando recogemos los medicamentos -siempre dentro de estrictas medidas para evitar fraudes-, los llevamos en contenedores industriales hasta el gestor de residuos. Una vez identificado limpiamos y separamos de los envases. Esta tarea es una de las más importantes ya que no debe quedar ningún resto que pueda ser peligroso". Este trabajo se realiza en una planta de tratamiento de residuos única en Europa situada en Valladolid. Todo este proceso está autorizado por la Consejería de Medio Ambiente, con una doble ventaja; sanitaria y medioambiental. En ocasiones el medicamento, apunta Mampesa, se desechaba a través de los hogares por las cañerías "por lo que los componentes podían pasar al agua, ya que hay principios activos presentes en los tratamientos difíciles de filtrar".

El medicamento es obligatorio destruirlo, y aquí es importante señalar, destaca Mampesa, que "los medicamentos no pueden ser reutilizados en países del tercer mundo por una medida adoptada por la Organización Mundial de la Salud, ya que una vez salen del circuito farmacéutico no es un tratamiento seguro para ninguna persona".

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