Huelva

Huelva en el rostro de San Sebastián

  • Nacho Molina pregona las fiestas del Patrón bajo la sencillez y la reivindicación

  • El onubense recuerda los tiempos pasados e imagina el futuro de la festividad tras el atril del Gran Teatro

Pasado, presente y futuro. Como una barquilla marinera de nostalgia, sinceridad y reivindicación navegó el pregón de las fiestas de San Sebastián. Como un canto a lo divino y humano. A la simbología y la realidad. Como un torrente de amor a su tierra y con una garganta entregada a los pies del Patrón de Huelva. Nacho Molina Maqueda se subió al atril del Gran Teatro de la capital para ensalzar la tradición de una fiesta en continua evolución.

El pregón que anuncia los días gloriosos de San Sebastián se ajustó a la medida del tiempo y de las palabras. De la prosa y el verso. Pero siempre de la mano de la sencillez de un mensaje para recordar, vivir y soñar.

El alcalde de la ciudad arropa al protagonista en el escenario del Gran Teatro

Tras las muestras de agradecimiento a María de la O Luengo, que fue la encargada de presentar al pregonero, así como los saludos protocolarios a las diferentes representaciones institucionales, Nacho Molina tiró de literatura y divinidad para poner a Huelva como "Madre del Cielo", una tierra en la que "mi alma nació a ti anclada".

Nacho Molina evocó el pensamiento de su infancia que le sirvió para "desparramar su imaginación como el mejor de los ingenieros o la mente más preclara de los que diseñan fiestas mayores en las ciudades". A tanto llegó ese niño soñador que "ponía en pie toda una feria, que era más hermosa y atractiva en su imaginación que lo que después era en realidad", un hecho que se traducía por "ese amor a la tierra que pisaba". Ese niño tuvo el privilegio de ver desde su casa "la Huelva más castiza, la que fue y ya no era, pero que mantenía como baluartes la iglesia de San Pedro y la ermita de la Soledad". El pasado, pasado es, aunque el pregonero rescató símbolos y tradiciones que perviven en la ciudad. "Y es que la procesión de San Sebastián es tan de Huelva(...) como la fachada de la Cinta. Es tan evocadora como si cada año fuera una estampa en sepia encontrada en algún cajón". Y así, "nada es igual, pero todo se parece", apuntó Molina.

El pregonero de las fiestas cinceló la figura del Patrón en semejanza de los onubenses con la cara de "buena persona". San Sebastián es "como Huelva, la que no protesta" o la que "siempre tuvo una sonrisa de verdad para el que llegó a esta tierra". San Sebastián es la "sencillez" con la mirada "tan limpia como la del que nace aquí".

El pregón prosiguió su camino por el presente y Nacho Molina comparó el retrato del Patrón con el de "millones de personas en todo el mundo a las que cada día se les clava una flecha en su cuerpo". Rostros del día a día que "tienen en sus carnes la opresión y el egoísmo de quienes dicen luchar por una vida mejor". Y así paró el tiempo del pregón en la figura de la Iglesia, esa que "acude cada día a quitar la flecha que han clavado en su vientre a los que viven en la calles", o a la mujer embarazada o con su niño pequeño que "no tiene dónde parir o amamantarlo". Una Iglesia a la que ensalzó por su capacidad de acogimiento para "establecer la igualdad entre todos".

Y del presente, del aquí y ahora, las palabras que se arrojaron desde el atril traspasaron la barrera del tiempo y buscaron un futuro soñador y reivindicativo. "Hay que saber asumir que hemos de dar respuesta a los nuevos tiempos y a la nuevas realidades de nuestra ciudad". Y así se recordó el espacio material donde se celebraban las fiestas y lo comparó con la actualidad. "Huelva, por desgracia, tuvo no sé si a los peores gestores urbanísticos o si bien todo fue intencionado porque a pocos entonces les importaba su personalidad y esencia". Y por eso, ahora, "tenemos que aspirar a unas fiestas consolidadas y adaptadas a lo que somos hoy". En esta línea, el pregonero reivindicó poner en valor el cabezo que hay en la calle que lleva el nombre del Santo. También, "la necrópolis que está sumergida en ese mismo cabezo de la Joya y que supondría un revulsivo arqueológico sin precedentes para Huelva". O hacer de la Plaza de la Soledad un espacio "con solera" y que sea "clásica y alejada de formas oxidadas y de accesos imposibles". En definitiva, y en el marco de las fechas, Nacho Molina afirmó que "claro que podemos reavivar el espíritu, la alegría y la fiesta del barrio".

El pregón esbozó sus últimos compases con la comparación del día de San Sebastián con la cabalgata de Reyes. Hay dos elementos que por mucho que pasen los años no pueden desaparecen porque se perdería toda la esencia. Los Reyes Magos de Oriente y los caramelos, el día 5 de enero; y "San Sebastián en lo alto del paso y los palmitos en la calle". Y con el verso a Huelva en su día del Patrón, Nacho Molina dio por terminado el pregón. "Qué bonita eres Huelva, cuando sabes que el alba te despertará / cuando sueñas emocionada que llegó tu día / el que tiene a San Sebastián como guía / y cuando vuelves a jurar que por todos los siglos siempre lo amarás".

La ovación no tardó en llegar desde el patio de butacas y desde el propio escenario. Numerosas personas se acercaron para escuchar a Nacho Molina tras el atril. Desde el alcalde de la ciudad, Gabriel Cruz; el hermano mayor de la Hermandad de Estudiantes, Francisco Mier; la subdelegada del Gobierno, Asunción Grávalos; el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Huelva, Antonio González; el parlamentario andaluz, Guillermo García de Longoria; la rectora de la UHU, María Antonia Peña; y diversos representantes políticos del Consistorio.

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