Huelva

Explotación sexual en pisos clandestinos

  • La Policía pone el foco en viviendas particulares en las que malviven mujeres obligadas a ejercer la prostitución, confinadas y en situación de esclavitud

Un grupo de mujeres en una de las inspecciones realizadas por la Policía Nacional en un prostíbulo onubense,

Un grupo de mujeres en una de las inspecciones realizadas por la Policía Nacional en un prostíbulo onubense, / h. información

La Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsedad Documental (Ucrif) de la Brigada de Extranjería de la Policía Nacional de Huelva centra buena parte de sus labores de investigación en la represión del tráfico ilegal de personas, sin duda una de las formas "más degradantes y humillantes de privar a un ser humano de sus derechos y libertades", como indica a Huelva Información el inspector que lleva las riendas del grupo.

La trata está íntimamente ligada a la explotación sexual o laboral de personas extranjeras que llegan a España con la promesa de un trabajo que mejore su situación y que acaban bajo el control férreo de desalmados que suelen amenazarlos a ellos directamente, pero también a sus familiares en los países de origen.

Para combatir esta lacra, el Cuerpo Nacional de Policía cuenta con el apoyo de la Inspección Provincial de Trabajo, junto con la que realiza constantes visitas a fincas y clubes de alterne con la finalidad de prevenir y evitar cualquier situación de esclavitud, ya sea de naturaleza sexual o laboral.

La explotación sexual se ceba con las mujeres, que "viven situaciones auténticamente degradantes desde el punto de vista humano". El inspector remarca que, por ejemplo, la Ucrif se puede encontrar con casos de una chica nigeriana que para llegar a España en busca de una vida mejor se ha empeñado ella y a toda su familia. "Esa mujer ha tenido que atravesar África, probablemente la han violado y vejado por el camino y, cuando consigue el objetivo de llegar aquí, cae en manos de unos depravados que acaban metiéndola en la prostitución contra su voluntad; es degradante y sumamente humillante, nadie merece algo así".

A las mujeres de esa nacionalidad, además, "las suelen controlar con la amenaza del vudú, que para ellas tiene un impacto emocional tremendo", y es habitual que las amedrenten con hacer daño a sus seres más queridos.

El mando recuerda un caso resuelto por la Ucrif en Huelva en el que una mujer de nacionalidad rumana que había conseguido escapar del piso en el que la mantenían cautiva y ejerciendo la prostitución contra su voluntad, "se tiró encima del coche policial" pidiendo ayuda. La víctima relató entonces a los agentes que vino a la provincia con una promesa de trabajo, "que contactó con esta persona y que la encerró en la casa".

La trata de blancas se da, sobre todo, "en pisos y casas particulares". Son prostíbulos encubiertos, donde las mujeres padecen un "control absoluto y férreo" por parte de sus explotadores. En muchas ocasiones la mujer vive encerrada entre cuatro paredes, no se queda el dinero de los servicios y tiene que estar disponible para los clientes las 24 horas del día. A muchas, además, les retienen el pasaporte "al objeto de dificultar su libertad ambulatoria". Las víctimas están atrapadas, aisladas, cautivas.

Hace sólo unos meses la Ucrif de Huelva logró rescatar a dos mujeres de nacionalidad china que se encontraban en esta situación en un domicilio de la capital.

El inspector refiere que "a las víctimas, una vez rescatadas, las llevamos a una casa de acogida y se les da un periodo de reflexión por si se quieren quedar en España; si colaboran con nosotros se les da, incluso, la residencia; pero son muchas las que prefieren regresar a sus países y olvidarse de la pesadilla que han vivido aquí".

Resolver asuntos de este calado, teniendo en cuenta la penosa situación en la que se encuentran las mujeres que caen en las garras de pérfidos explotadores sexuales, "te da una alegría enorme como policía y como persona".

Las inspecciones en los prostíbulos, en las que también participa la Inspección de Trabajo, "son constantes". Sin embargo, en estos locales "no suele haber trata de blancas", aunque la Policía sí se topa a menudo con asuntos relacionados con irregularidades laborales.

En ese ámbito, en el del trabajo, también se detecta en la provincia de Huelva trata de seres humanos, lo que motiva reiteradas inspecciones de la Ucrif en fincas agrícolas. "Encontramos a personas trabajando con horarios extensísimos y salarios ínfimos" y la situación de sometimiento es habitual entre compatriotas extranjeros, "donde uno con más poder, que por ejemplo ejerce de manijero, tiene a los trabajadores a su cargo en situación de semiesclavitud".

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