Huelva

Dudas ante las vallas

  • Algunas madres sacan a sus hijos del servicio de comedor mientras piden información que no llega

Fuera de las vallas amarillas que rodean al centro, una caravana de coches, aislados en un primer momento y más constante conforme el reloj se aproxima a las nueve de la mañana, los padres y madres se pelean con el sueño de sus hijos e incluso con su memoria, ya que alguno se dejaba alguna de las multicolores mochilas que arrastran a su interior. Humedad, frío y prisas por acudir al trabajo, no impiden que el tema de conversación, casi único, sea el de unos hechos que "cada vez que los ves en la televisión, siempre piensas que pasan en otra parte, que no van a ocurrir en el colegio al que llevas a tus hijos".

No obstante, no eluden el tema e incluso han buscado esa curiosidad de los menores "para hablarlo en casa cuando sacan el tema". Otros son menos dados a sacar la conversación: "no es necesario que sepan nada y, de hecho, aunque ésta me lo cuenta todo, no ha preguntado", asegura una de las madres con una niña recién besada y rumbo al interior del colegio en busca del resguardo de una humedad que en la mañana de ayer caía a plomo en Bellavista. Aunque algunas madres, Isabel entre ellas, defiende la labor del centro, ya que "de inmediato se convocó una reunión de delegados y nos comunicaron lo que ocurría", otras protestan por la "falta de explicaciones dadas desde el primer momento".

Casi todas conocen al presunto autor de los hechos, su apellido e incluso su imagen, que ha comenzado a hacerse conocida. No quieren mirar hacia otro lado y aseguran tener "temor por lo que ha pasado". De hecho, algunas de ellas se han apresurado a "sacar a los niños del comedor; simplemente estamos asustadas".

Pocos minutos después es el propio director quien se suma al coro y pide "prudencia" y reclama el "reconocimiento del trabajo que hacemos; siempre he estado dispuesto a daros cuantas explicaciones me pidáis, no tengo ningún problema en repetirlas las veces que sea necesario". Un coro de asentimientos sigue a su retirada, acentuados con comentarios de "está haciendo todo lo que puede y más, pero está desbordado".

Saben a quiénes dirigir sus críticas y los destinatarios no están detrás de las vallas amarillas. Simplemente quieren que alguien demuestre que les importa lo sucedido "porque ha sido muy grave y las explicaciones no han llegado. Era muy sencillo; no somos tantos; que nos reúnan y que nos lo expliquen, tampoco pedimos tanto". A la luz de lo hecho en los últimos días, tendrán que seguir esperando. Algunos ni están, ni se les espera.

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