Huelva

Costas exige a Fertiberia un aval sobre la recuperación de las balsas

  • El Gobierno considera excesivo el plazo dado por la empresa para el final de actividad en 2016 y propone no ir más allá de 2011 · La empresa tiene que contestar para encontrar la solución definitiva

Nueva vuelta de tuerca administrativa al caso de los fosfoyesos, nueve meses después de que la Audiencia Nacional declarase caduca la concesión que permite a Fertiberia verter este residuo procedente de su proceso de producción en la marisma. La Dirección General de Costas se ha pronunciado recientemente sobre la propuesta de Fertiberia para que su factoría de la avenida Francisco Montenegro siga activa hasta el año 2016. Y lo ha hecho en términos bastante estrictos, aunque sólo se trate de una contestación a la empresa: le exige incluso a la compañía el pago de un aval que garantice que va a ejecutar la recuperación de las balsas de fosfoyesos. Es el primer paso para la ejecución de la sentencia de la Audiencia Nacional, pero también uno más para la desaparición de las fábricas de Fertiberia y Foret en la avenida Francisco Montenegro, a la espera de lo que pueda ocurrir con Nilefos, tres piezas interrelacionadas en lo que las químicas han denominado efecto dominó del Polo.

Costas propone además una fecha para el final de los vertidos de fosfoyesos, aunque no sea definitiva por tratarse el escrito enviado a Fertiberia de una respuesta (no una resolución) y no aparecer como condición en él, considerando que un plazo razonable para el cierre de la factoría no debería ir más allá de 2011. Es decir, reduciendo en seis años la pretensión de la factoría, que justificaba en su día la necesidad de este plazo para proceder a un cierre ordenado en cuanto a aspectos ambientales y laborales (la fábrica tiene en la actualidad 350 trabajadores directos y otros tantos indirectos).

Esa fue la propuesta que se hizo en octubre pasado a Costas, en respuesta al requerimiento de la Administración para recibir una propuesta concreta para la ejecución de la sentencia. La compañía química proponía en ese plan de cierre devolver de forma inmediata las marismas de Mendaña, ya revegetadas y también de actualidad por la polémica generada en torno a los residuos contaminados con cesio-137 enterrados en ella. Tras Mendaña, se devolvería otra parte de la concesión en el año 2010, también revegetada, mientras que en una tercera fase se revertiría a la propietaria de los terrenos la superficie que en la actualidad está siendo utilizada. Las balsas se colmatarían aproximadamente en 2012, pero la empresa consideraba posible seguir trabajando hasta finales del año 2016 mientras se continuaba con la recuperación de dichas balsas.

Este plan tenía un coste de doce millones de euros sólo en revegetación y en la construcción de una planta de tratamiento de aguas, para depurar el agua que ahora circula en un circuito cerrado antes de verterla a la Ría. El proyecto ha sido rechazado por Costas considerando "excesivo" el plazo dado por la empresa, que a juicio de la Dirección General supondría prácticamente dejar sin ejecutar la sentencia al plantearse finalizar la actividad cuando se colmaten las balsas. Ya lo advirtió en su día el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, quien también calificó de excesivo un cierre en 2016, aunque la fecha que se ha venido barajando en los contactos establecidos entre administraciones y empresa era algo más lejana (no mucho) que ese 2011.

Costas también reitera en su escrito la prohibición de ampliar la superficie de depósito de fosfoyeso, reclama la presentación de un plan de restauración ambiental de las balsas y de un aval que garantice que esta recuperación se lleva a cabo aún después de cesar la actividad de la fábrica. La recuperación de la zona (1.200 hectáreas de marismas, parte ya revegetada) es objetivo irrenunciable para la Dirección General, que así lo ha afirmado en varias ocasiones, de ahí que todas las miradas se centren en que la empresa culmine los trabajos de restauración (algo a lo que por otra parte obliga la legislación). En ese objetivo se enmarca el aval, que aún carece de cuantía a la espera de la presentación de un plan de actuación sobre las balsas que aún están activas, aunque deberá ser alto si se tienen en cuenta los doce millones de euros que la empresa pensaba invertir en la revegetación de la zona afectada (de la que ya se han ejecutado 81,3 hectáreas) y en la planta de tratamiento de aguas.

En esa restauración pretendía participar en cierto modo Nilefos, que según las últimas noticias planteaba entre sus propuestas para continuar su actividad la actuación en cierto modo en las balsas, una posibilidad que tendrá que ser explicada en la próxima reunión con la Delegación Provincial de Empleo. Nilefos está directamente unida a Fertiberia por utilizar el ácido fosfórico que le suministra la factoría vecina para la fabricación de tripolifosfatos (un componente para detergentes).

Tras la comunicación realizada por Costas, Fertiberia tendrá que responder justificando los motivos que la llevan a solicitar un tiempo más amplio para el cierre. La empresa no quiso realizar ayer ningún tipo de declaración, aunque sí confirmó que está preparando una respuesta a este escrito de Costas que se remitirá a la Dirección General lo antes posible. Será la respuesta a este nuevo escrito de Fertiberia la que determine con más exactitud los pasos a seguir, teniendo en cuenta que, según fuentes del organismo, la intención de Costas es llegar a una solución definitiva en un plazo breve de tiempo.

Cuando se alcance habrán transcurrido años de litigio. Fue en 1998 cuando Costas inició el procedimiento para la caducidad de la concesión; desde entonces se ha sucedido un largo rosario de recursos administrativos y después judiciales que culminaban el verano pasado con la sentencia de la Audiencia Nacional dando la razón a Costas. No obstante, aún queda pendiente la decisión del Tribunal Supremo sobre los recursos interpuestos por la empresa, que parece que tardará más que la decisión administrativa.

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