Huelva

Cepsa logra reducir sus emisiones y vertidos pese al aumento de la producción

  • La ampliación de La Rábida eleva un 37% el crudo refinado · Mejoras de la eficiencia energética y en la gestión, las claves

La refinería La Rábida de Cepsa consiguió en 2011 una difícil marca: aumentar notablemente la producción reduciendo al mismo tiempo la mayoría de las emisiones atmosféricas y vertidos. El primer año completo de funcionamiento de la ampliación se saldó con un resultado ambiental "espectacular", en palabras de su director Rafael Martínez Cañavate: frente al 37% de crecimiento de la producción, logró el valor más bajo de emisiones globales (SO2, partículas y NOx) de la historia de la instalación, un descenso de los efluentes líquidos y estabilizar la producción de residuos. El único contaminante en crecimiento fue el CO2, que quedó no obstante por debajo de los límites marcados por los derechos gratuitos de emisión. Unas cifras que deben mucho al proyecto de ampliación que casi ha duplicado la capacidad de refino de La Rábida.

Así lo resaltó ayer el máximo responsable de la factoría durante la presentación de la declaración medioambiental correspondiente al pasado año. Cepsa logró cumplir en un 95% los objetivos marcados para 2011, reflejados en esa disminución del impacto de su actividad en el año que pasó de 5,8 millones de toneladas de crudo producidas a 8,03 millones. ¿Cómo se consigue la cuadratura del círculo? La clave está en la ampliación de la capacidad de producción de destilados medios finalizada en 2010: por un lado, la nueva planta presenta los mejores índices de eficiencia energética, con un menor consumo de energía y combustibles que redunda en menos emisiones. Y por otro, en paralelo a la construcción de la nueva planta se iba actualizando la antigua, "incorporando los nuevos sistemas". Una vez en marcha la totalidad de la instalación, la mejora de la gestión ha hecho el resto.

El resultado ha sido una disminución de las emisiones a la atmósfera (de efecto burbuja) tanto en términos globales como por tonelada producida, quedándose además muy lejos de los límites establecidos por la Autorización Ambiental Integrada de la instalación. Así, con las mejoras ejecutadas en la planta y un menor consumo de fuelóleo en favor de combustibles gaseosos, disminuyen las emisiones de SO2 (anhídrido sulfuroso o dióxido de azufre), el principal responsable de la lluvia ácida. La refinería logra dejar las emisiones de este elemento en un 12% del límite máximo marcado, mientras que las de partículas (de fácil absorción por el cuerpo humano) quedan en una décima parte del máximo permitido y el óxido de nitrógeno en una cuarta parte. En todos estos parámetros se logran los mínimos históricos de emisión.

Las emisiones de dióxido de carbono (directamente relacionado con el calentamiento global) sí crecieron, en paralelo a la producción; Cepsa mantuvo las toneladas de CO2 equivalente liberadas por tonelada de crudo producida. Además, se quedaron por debajo de los derechos de emisión asignados de forma gratuita dentro del sistema de comercio de derechos, por lo que Cepsa no tuvo que pagar por expulsar gases de efecto invernadero.

En el caso de los vertidos, su volumen se redujo en un 12% respecto al año 2010, quedando de nuevo por debajo de los límites marcados. También mejoró la calidad del vertido, es decir, las concentraciones de contaminantes en los efluentes líquidos.

En cuanto a los residuos, ahí sí se registró un incremento, en los peligrosos generados, combatido por un descenso de las toneladas de residuos inertes. En total, la refinería produjo 4.609 toneladas en 2011 frente a las 4.582 del año 2010, un leve aumento comparado con el registrado por la producción gracias a la disminución de residuos generados por tonelada de crudo procesado.

4.609

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios