Respons(H)abilidades

Barrios saludables, una iniciativa de RSC para mejorar el mundo

  • Es un proyecto promovido en Córdoba por dos profesionales que empieza a dar sus primeros pasos con el objetivo de lograr un efecto contagio en toda la ciudad

S style="text-transform:uppercase">eguro que ha escuchado muchas veces la frase de "piensa en grande y actúa en pequeño". Para mí, entre otras interpretaciones, es una inspiradora descripción de cómo se puede alcanzar el cambio universal a partir de las acciones individuales de cada uno en su propio ámbito de influencia, el más cercano. Esa es la estrategia ganadora que impulsa el proyecto cordobés Barrios saludables, y el único camino de los que pensamos que otra sociedad más justa y equilibrada es posible.

Este mundo profesional de la Comunicación y la Responsabilidad Social Corporativa me ofrece muchas ventajas, sobre todo la de conocer a grandes personas e iniciativas. Es para mí un motor de enriquecimiento personal que ha vuelto a hacerse realidad con este proyecto que dos mujeres de Córdoba promueven con mucha ilusión y todo el sentido de la Responsabilidad Corporativa como herramienta de transformación social.

Mª Angeles Puerma y Maribel Ocaña son dos mujeres comprometidas que piensan en grande, en un mundo mejor para todos, y actúan en pequeño, empezando por los barrios de su Córdoba natal. Así enfocan los esfuerzos para alcanzar tres objetivos: promover el comercio local, los hábitos de vida saludable y la vecindad. Ahí es nada. Y van a empezar por un barrio piloto en el que poner a prueba el efecto contagio que buscan.

Su idea no es enrevesada, ni demasiado sofisticada, ni siquiera es muy costosa. Su idea es natural, como la vida misma, y consiste en desarrollar actividades con sentido para convocar a vecinos y comercios del barrio a conocerse, involucrarse en necesidades comunes y colaborar. El proyecto nace de otro anterior que les ha servido para conocer la realidad de los distintos distritos, otra gran ventaja.

Puede surja en usted la misma emoción que en mí, algo de tristeza por pensar que realmente es necesario este tipo de proyectos para impulsar algo que debería darse de forma natural. Pues no se deje llevar por esa emoción y mejor alégrese, e incluso tome ejemplo y copie. Y, al más puro estilo yanqui, no pregunte qué se hace por aquí, pregúntese qué puede hacer en su entorno cercano. Los grandes cambios empiezan así, con pequeños gestos de grandes personas.

En Córdoba ya hay dos mujeres convenciendo a organismos públicos, empresas y otros agentes sociales de la ciudad de la importancia de promover las relaciones entre las personas, después entre los barrios y, por qué no, en un futuro entre las ciudades. Justifican su proyecto en un movimiento mundial impulsado en gran medida por las Naciones Unidas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030, esos en los que las empresas y su RSC juegan un papel fundamental. Muy especialmente la RSC de las pequeñas empresas, las de cada barrio.

Por eso, Barrios saludables tiene entre sus objetivos fomentar el comercio local y apoyar a los productores cercanos, promoviendo el consumo kilómetro cero, las sinergías y el asociacionismo. También van a impulsar planes de concienciación ciudadana sobre hábitos de vida saludable en actividad física y alimentación, y de apoyo a personas con necesidades especiales como la tercera edad o los enfermos dependientes. Y sobre todo, Barrios saludables se marca ambiciosos objetivos para reforzar el sentimiento de pertenencia de las personas a su barrio, para promover la participación de las familias en la gestión de los espacios comunes y fomentar la participación social a través de conceptos clave como el respeto, la empatía, la resolución de conflictos o la puntualidad. Así de simple, así de complejo.

Después de conocer el proyecto, el avanzado nivel de conversaciones con los agentes sociales, y sobre todo, después de conocer a estas dos mujeres cordobesas, estoy convencida de que la experiencia piloto será un éxito. Estaremos pendientes, y personalmente, estaré disponible. Para apoyar, para aprender, para aportar y para modelar. Porque el efecto contagio se basa en eso, en modelar lo bueno y adaptarlo a tu propia realidad.

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