Huelva

Los abuelos, un apoyo imprescindible

  • Los nietos se convierten en el centro de sus vidas mientras los hijos trabajan

María Medina tiene 4 años, estudia en el colegio Salesianos de la capital, y para ella su abuelo es un superhéroe. Miguel Ángel es quien la lleva y la trae del cole, quien le da comer, quien juega con ella y quien duerme con ella la siesta. Una historia que se repite en muchas familias y que evidencia que los abuelos son unos auténticos salvavidas. Los días, ahora en verano, no transcurren de manera muy diferente de manera a como lo hace el resto del año. Es el día a día para María y Miguel Ángel. Una imagen común que en verano se intensifica.

Miguel Ángel Carrasco, de 67 años, hace de abuelo y de abuela a la vez, lo tuvo que aprender todo muy rápido y puede considerarse un alumno aventajado. Abuelo de tres niñas, Laura de 11, Irene de 9 y María de 4, ha aprendido a base de práctica a ser mil cosas en uno. Cocinero, cuenta cuentos, jugador incansable y, también, mediador de conflictos, esos de "abuelo, mira lo que me han hecho" o "abuelo, la prima no me deja". De talante serio no hay dios quien le rechiste, y una mirada basta, o casi, para que las tres se cuadren. Sus sobrinos, ya mayores, lo recuerdan igual, "era serio pero a la vez con el que mejor te lo pasabas. No me extraña que ahora sus nietas quieran pasar el tiempo con él". María siente verdadera devoción por su abuelo, una relación abuelo/nieta que va más allá de los tiempos de juegos. Rocío Carrasco, trabaja en Escode a tiempo completo (al igual que su marido David Medina), es madre de María, y asegura que "con el abuelo es con quien mejor se porta, sin duda. Con nosotros es más rebelde" pero con su abuelo es otra, aunque siempre se porta bien con todos.

Miguel Ángel sabe bien lo que supone la conciliación "mis hijos, mi yerno y mi nuera trabajan mucho y yo intento ayudar en lo que puedo. El compartir tiempos con mis nietas es un regalo por el que me siento afortunado".

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