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El Corpus de la Concepción

  • Hoy a las 12:00 es la función y posterior procesión eucarística

  • La parroquia llegó a contar con una artística custodia de tres cuerpos

La canonización del apóstol del sagrario, como se le llama a san Manuel González, debe constituir en Huelva un revulsivo en lo sacramental. Una parcela que viene perdiendo el vigor con el que se puso en marcha en los años ochenta. Una revisión de aquel impulso de las hermandades sacramentales se entiende en la actualidad especialmente necesario.

Mucho hay que revisar para conseguir que el culto al Santísimo tenga ese interés deseado. Algunos cambios ha sufrido a lo largo de la historia. El domingo de hoy, el de la festividad de Cristo Rey del Universo, está marcado en Huelva por una celebración eucarística, como es el triduo, función solemne y procesión del Santísimo Sacramento desde la parroquia de la Purísima Concepción. Es el domingo XXXIV del Tiempo Ordinario, con el que culmina un año litúrgico para dar comienzo a un nuevo ciclo con el Adviento, el domingo siguiente.

Una jornada importante con una celebración eucarística relevante. Lo organiza la Hermandad Sacramental de la Purísima Concepción que está en la actualidad agregada a la Archicofradía de la Vera Cruz y la de la Oración en el Huerto. Tres antiguas hermandades en una que tienen un camino en común. Es necesario destacar que la sacramental es más que una hermandad en sí, es la hermandad de la parroquia, donde caben todos y todos tienen la oportunidad de participar. Los actos sacramentales no se pueden reducir al ámbito particular de una hermandad, sino que debe buscar la complicidad de las asociaciones y hermandades que integran la comunidad parroquial, así como de sus feligreses.

El ámbito es mucho más amplio al que hoy parece que las vemos reducidas. No es menos cierto que la labor de las cofradías de penitencia resultó siempre fundamental para ese despertar de las sacramentales, necesitadas hoy como el culto al Santísimo de un gran revulsivo.

En esta misma parroquia todas las mañanas, entre sus dos misas laborales, hay exposición de Su Divina Majestad. Es un gozo acercarse hasta la nave del sagrario y permanecer un rato acompañando al Santísimo. Por eso la mirada a esa capilla debe ser siempre de alabanza a Él. En ella sólo cabe el Señor, no se debería pensar en ninguna reordenación posible, más cuando el culto de adoración cada vez tiene mayor participación en este lugar. Hay que darle la importancia que merece.

Llegado a este día eucarístico de la parroquia de la Purísima Concepción, irremediablemente hay una invitación a una mirada histórica de lo que fue la celebración en este templo. Aquellas octavas del Corpus Christi en parangón con la grandiosidad de los cultos en la mayor de San Pedro, donde se contaba con la primacía de celebrar aquellos jueves que sí relucían más que el sol.

Era el Corpus de la octava organizado por una hermandad nacida en el siglo XVI y que en el XVIII se fusionó con la de la Purísima Concepción. Celebración con procesión solemne, con artística custodia en la tarde de ese domingo tan especial en la parroquia de abajo. Incluso participaban algunas imágenes en el cortejo, la de la Concepción, por supuesto, y la de la Caridad. Aquella custodia de tres cuerpos y el monumento del Jueves Santo, se perdieron en el asalto a la iglesia en la Guerra Civil.

Hoy la función solemne es a las 12:00 y le seguirá la procesión eucarística por la feligresía.

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