Huelva

Autoridad versus poder, el culo y la silla

Autoridad versus poder, el culo y la silla

Autoridad versus poder, el culo y la silla

En el trabajo, sobre todo si gestionamos equipos, hay dos conceptos que debemos diferenciar claramente: la autoridad y el poder. Saber distinguirlos sin dudar es de hecho una habilidad responshábil muy efectiva. Y para compartir una forma de diferenciarlos, voy a usar una metáfora que me encanta y que nos ayuda mucho a saber en cada momento si mandamos desde la silla o desde el culo. Sí, he dicho culo.

Poder y autoridad son necesarios. Al gestionar personas, hay que usar los dos según sean las circunstancias. Pero es muy recomendable conocer las diferencias para saber emplearlos bien.

Para empezar, el poder te lo dan, y la autoridad te la ganas. Esa es una diferencia fundamental. Esto se ve muy claro si aplicamos nuestra particular metáfora a un puesto ejecutivo de responsabilidad: normalmente los que más mandan tienen sillas más bonitas, más ergonómicas y más caras. El poder te lo da la silla, te lo da el puesto. Si eres director general tienes poder, puedes mandar sobre los demás, ordenar tareas, y lo habitual será que te hagan caso. Es el poder de la silla. ¿Pero y el culo?

La autoridad es algo que se gana la persona que se sienta en la silla, demostrando, entre otras cualidades indispensables de un buen líder, la integridad suficiente para merecer que se le haga caso. Ese es el momento en el que las personas te siguen y no sólo cumplen tus órdenes.

La autoridad tiene más resistencia que el poder, por eso el culo siempre le gana a la silla. Y otra característica a tener muy en cuenta es que no se puede separar la silla del culo. Por eso no es fácil dejar los problemas del trabajo en la silla.

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