Huelva

Atrapados en Kosovo

  • Varios niños que llevaban años estudiando en España acogidos por familias de Huelva y Cádiz no han logrado salir de la ex provincia serbia porque el Gobierno español no reconoce su independencia

La Asociación de Niños de Kosovo en Huelva está pidiendo ayuda a gritos, sumándose a las protestas de los padres acogedores de Cádiz. No saben cómo desbloquear la situación en la que se han visto inmersos los chicos a los que venían acogiendo desde hace años, algunos incluso desde 1999, que no pueden salir de la república independiente de Kosovo y regresar a España.

La historia de amor fraternal entre los pequeños y sus padres andaluces comenzó con la iniciativa Caravana por la Paz, que cada verano emprendía un programa de vacaciones solidarias que alejaba a los niños de los Balcanes de la guerra y les proporcionaba un estío feliz y una nueva visión del mundo. La presidenta de la Asociación de Niños de Kosovo en Huelva, María del Carmen Colás, recordó con nostalgia aquellos inicios difíciles, "días duros para los niños, que venían de familias desestructuradas, y para nosotros, que tuvimos que hacer que se adaptaran". Cuando los críos regresaban a Kosovo, buena parte de los padres se implicaba a fondo, enviándoles durante los fríos meses de invierno ropa de abrigo, comida, medicinas…

Colás explicó que la asociación que preside fue creada "para gestionar que los niños que habíamos acogido, procedentes de Kosovo, pudieran venir a estudiar aquí también durante el invierno". La intención no era sólo alejarlos del conflicto, sino darles la oportunidad de tener derecho a una educación consistente que pudiera cambiar el rumbo de su futuro para siempre. Y lo lograron. Durante los últimos cuatro cursos escolares, dos niñas en Huelva y cinco en Cádiz han acudido cada día al colegio o al instituto, han aprendido a hablar español y a llevar una vida digna. Eso sí, nunca "han dejado de mantener el contacto con sus padres, a los que les hemos seguido mandando ayuda de todo tipo".

En el caso concreto de Colás, la pequeña a la que había acogido se llama Elvedina. La conoció cuando la menor tenía nueve años, pesaba 23 kilos y estaba desnutrida. Le costó adaptarse, "era una niña muy egoísta al principio, pero cuando ya estaba hecha a nosotros, era la mejor". La intención de Mari Carmen nunca fue sustituir a los padres biológicos de Elvedina. Ella tiene cuatro hijos, pero su labor solidaria y su amor por ella se basa sencillamente "en poder ayudarla y darle un futuro digno". Con esta premisa, la cría fue escolarizada en el colegio Cardenal Spínola de la capital (Las Esclavas) el primer invierno que pasó en Huelva. Uno de los principales motivos de orgullo de esta madre de acogida onubense es que la menor inició el primer curso escolar "sin saber sumar ni restar y volvió a su país haciendo ecuaciones de segundo grado".

Una de las hermanas de Elvedina, Elvira, también estaba acogida por una familia de Moguer. Cada año las niñas regresaban a España para estudiar. Pero en uno de sus regresos a Kosovo, la chiquilla "se quedó embaraza, tuvo que casarse y no pudo venir más". Fue duro para todos, pero a la familia de Colás no le quedó más remedio que asumir la situación porque "entonces ya tendríamos que traer a tres personas, en vez de a una; pero la seguimos ayudando en todo lo que podemos".

Al margen de esta situación irresoluble a priori, Elvira, que ahora tiene 17 años, continuó sus estudios en España, arropada por su familia moguereña. Lo hizo hasta que este año empezaron los problemas.

Kosovo proclamó su independencia de Serbia de forma unilateral el 17 de febrero de 2008 con el apoyo de Estados Unidos y parte de la Unión Europea, instaurando la República de Kosovo. Serbia, Rusia, España y otros países no aceptaron este hecho ni reconocen a la República de Kosovo como Estado soberano. A día de hoy, la situación no ha variado. Esto ha motivado que "después de llevar varios meses arreglando la documentación de los niños para que regresaran este curso a Huelva y Cádiz", explicó Colás, el visado único que les exige la embajada española para que puedan volver sea el serbio. "Son niños inocentes, no pueden ir a Serbia a pedir el pasaporte, sólo tienen el de Kosovo".

Aunque la Asociación de Niños de Kosovo en Huelva ha peleado duramente durante más de un año para desbloquear la coyuntura. Los padres de acogida ya habían comprado los libros, los uniformes y el material escolar para que los chicos estudiaran aquí este curso. Habían pagado la matrícula en los centros educativos, pero "parece que no tenemos nada que hacer". Varios de los niños afectados, como un hermano de Elvedina y Elvira acogido en Cádiz, "estaban apunto de ir a la universidad". Los niños "nos llaman prácticamente a diario para preguntarnos si podrán volver, lloran, ya no sabemos qué contestar". Sólo les queda esperar que España reconozca la independencia de Kosovo para poder volver a abrazar a su niños.

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