Huelva

Atlantic Copper, innovación y vuelta a la actividad

  • La planta de producción de cobre refinado reanuda sus trabajos después de una parada técnica de 21 días

  • Se han modernizado una buena parte de sus procesos productivos

Todos tenemos en mente qué supone una revisión de nuestro vehículo; el paso por el taller durante algunos días para sustituir aquellos mecanismos que precisan, después de su correspondiente desgaste, nuevas piezas para su correcto funcionamiento. ¿Qué ocurre cuando lo que debe revisarse es una de las fábricas más importantes de Huelva, una de las mayores plantas de tratamiento de cobre de todo el continente? Se llama parada técnica y en ella se actualiza, se repara y se añaden cuantos mecanismos tienen que ver en todo su proceso productivo, bien sea por el paso del tiempo o porque éste haya traído consigo mejoras en el mismo.

Miguel Palacios, director de Metalurgia de Atlantic Copper, aclara que el ciclo de paradas "no se elige de manera caprichosa, sino que se pueden alargar, pero conforme se acerca al periodo de la parada, tienes más averías". Esos ciclos son de 8 años; cada dos años se produce una parada técnica que comienza con 40 días, pasa a 12 y el tercer escalón son los 21 que en la actualidad se han llevado a cabo. Para Palacios, "la seguridad es lo primero". La planta ha tenido 5 accidentes: dos contusiones, dos esguinces de tobillo y apenas una herida en la mano que necesitó un par de puntos de sutura y aunque el balance "es más que razonable, nunca estamos del todo satisfechos, ya que en nuestro caso se produce una implicación emocional en todo lo que hacemos, por lo que perseguimos que no haya ningún accidente y cuando hay uno, por leve que sea, nos afecta directamente".

La planta llegó a contar con más de 1.200 trabajadores durante un turno

La parada, durante esas 21 jornadas, se hicieron "315.000 horas de contratistas, además de los propios trabajadores". El promedio de entrada durante la misma, fue de 938 personas durante el día y 237 durante el turno de noche; lo máximos fueron un día con 1.191 trabajadores a los que hay que añadir 261 de las contratas, por lo que se contabilizaron 1.252 personas de manera simultánea en la planta; el turno nocturno más concurrido fue de 356 personas. Palacios aseguró que "a pesar de que hay paradas más largas, como las de 2013, ésta ha sido muy intensa, con muchos trabajos simultáneos".

La parada técnica de Atlantic Copper, al igual que sucede en algunas otras empresas del cinturón industrial onubense, tiene una buena parte de "compromiso emocional de los trabajadores, de mentalización, de tomarse las cosas en serio". Tanto como para "sentir en el ambiente" el reciente fallecimiento de un trabajador, un sufrimiento que se sintió de una manera especial y directa.

Los trabajos se han centrado en la manera particular en la que se produce en la planta onubense. "La mayoría de los procesos se llevan a cabo en una llama por eso el horno que utilizamos se llama flash. La parte fundamental es lo que se denomina el quemador de concentrados, donde entra oxígeno, la fundente y en esa llama es donde se dan las reacciones. Estamos probando un quemador más eficiente. También se ha reparado el horno eléctrico que ha hecho una campaña de seis años, renovar todo el refractario; se ha sustituido la turbina y el alternador, ambos en servicio desde 1975, que son partes vitales en la fábrica, ya que producimos más del 20% de la electricidad consumida". Además se ha realizado cambios "en el cambiador de calor de la planta de ácidos que pueden tener 12 metros de alto por 10 de diámetro; se ha renovado la solera de la nave de fundición; se han sustituido los lavadores radiales de los que hay 8 y se ha sustituido uno completamente; hemos cambiado los tanques de circulación de electrolitos de la sala de tanques. Hemos probado filtros cerámicos, en un proceso innovador que sirve para secar la materia prima en lugar de utilizar gas natural".

Se trata de proyectos innovadores que nunca se habían utilizado previamente; el vapor saturado que se produce, necesita elevar su temperatura para entrar en la turbina; ahora se utilizan los vapores del proceso. Además, se llevaron a cabo las labores de mantenimiento como la limpieza de filtros y calderas, esta última de 45 metros de diámetro. Los espesores de cada una de las estructuras, la presión que soportan. En total, cerca de 20 millones de euros a la espera de cerrar las últimas facturas, algo que afecta a toda la economía onubense, incluso "hasta los taxistas nos lo dicen".

Cualquier cosa que se realiza en una de las plantas del cinturón industrial de la capital onubense, tiene entre sus principales objetivos el de reivindicar su papel en la economía, el conseguir erradicar mitos como el de que aprovechan la noche para expulsar gases peligrosos, la extensión de olores y cualquier otra leyenda que persigue cada una de sus actividades. De poco sirven los controles de todas las administraciones, tanto autonómicas como nacionales y europeas someten a cada una de sus actividades, ni tan siquiera su aportación a todos y cada una de las acciones cotidianas de la vida diaria, desde encender la luz, hasta el agua caliente o cualquier cosa relacionada con la comunicación y dispositivos electrónicos, o las medicinas que nos alivian. También de que se trata de "multinacionales que no les importa la gente de Huelva", olvidando los miles de puestos de trabajo que han garantizado en las últimas décadas. Palacios es consciente de que "va a costar, tenemos mucho trabajo por delante y cualquier cosa que ocurra es un paso atrás en esta tarea". Está convencido de que el futuro de su producto, el cobre, está más que garantizado, especialmente "después de que haya hospitales que empiezan a sustituir sus conductos por otros realizados con cobre por sus propiedades antibacterianas". Huye de tópicos de que "la industria es de derechas y el ecologismo de izquierdas" y se aferra a un presente en el que la innovación, la investigación, el trabajo de miles de personas, pasa por tener la conciencia de que "se ha hecho mucho en los últimos años; la industria de hoy produce mejor que hace unos pocos años, con procesos más respetuosos con un entorno que nos pertenece a todos y en el que la labor de los ecologistas ha tenido una actuación vital para ayudar en esa transformación que ha sido más que positiva para todos".

Un obrero lleva a cabo los trabajos de consolidación y sustitución del material refractario.

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