Vivir la romería del Rocío provisto únicamente de unas alpargatas y una medalla en el pecho puede convertirse en un anacronismo a partir de 2018, cuando entrará en vigor el incremento de las tasas que gravan el uso del suelo público por parte de las filiales rocieras.

El Ayuntamiento de Almonte ha aprobado un subida del 15% y podría haber sido peor. PSOE, IU y Mesa de Convergencia (el PP se posicionó en contra) defendieron y aprobaron, en un primer momento, un incremento del 135%, que fue acogido con un mar de críticas por parte de las cerca de setenta filiales que hacen uso de estas parcelas, bien porque carecen de casa hermandad para que puedan pernoctar los romeros, bien porque necesitan un espacio complementario donde tener los carros, tractores, calesas y equinos con los que peregrinan hasta la aldea almonteña.

A través de grupos de whatsaap se coordinaron los responsables de las filiales, que tacharon de "vergonzosa y desproporcionada" la iniciativa municipal, al entender que persigue un afán meramente recaudatorio. Sus críticas se sustentan en que se les equipare en materia fiscal a las sociedades que desarrollan una actividad industrial o turística con ánimo de lucro. En concreto, el incremento de tasas fue aprobado a través de una modificación de la ordenanza reguladora que afecta a los puestos, barracas, casetas de venta, atracciones o espectáculos que se desarrollen en los terrenos de uso público e industrial; así como puestos ambulantes o costes de rodaje cinematográfico. La propuesta inicial entrañaba pasar de cobrar 1,70 a 4 euros el metro cuadrado por el uso durante la romería. En consecuencia, las hermandades que carecen de casas de hermandad y ocupan parcelas de en torno a 5.000 metros cuadrados para sus carros, tractores y animales pasarían de abonar 8.500 a 20.000 euros.

Las hermandades entienden que su papel es primordial a la hora de contribuir a fomentar la devoción rociera y aportar su granito de arena para que la romería de Pentecostés continúe siendo un referente mariano en el mundo. En consecuencia, reclaman que no se les "castigue" con un "tasazo" de esta índole que compromete su presencia en el próximo Rocío.

Fuentes consultadas por este periódico mostraron su malestar por que las tasas podrían no ajustarse a derecho. Su objetivo fiscal ha de estar ligado a sufragar los costes de servicios que prestan los organismos públicos, algo que no ocurre en este caso.

Belén Requena, presidenta de la Hermandad de Emigrantes, tacha de "desproporcional e inasumible la subida, que tiene visos de ser inconstitucional". En concreto detalla que los servicios jurídicos así se lo trasladaron, ya que se les aplica una carga fiscal como si fuesen una empresa que viene a lucrarse con su actividad en la aldea. Emigrantes tiene la suerte de disponer de Casa Hermandad, sin embargo, Requena recuerda que siempre "alquilamos unos terrenos municipales para los carros por los que abonamos, si no recuerdo mal, unos 2.500 euros". De aplicarse la subida inicialmente prevista la cuantía se dispararía superando los 5.550 euros.

Su homólogo de la Hermandad de Huelva, Juan Ferrer, reconoce que ellos no están afectados por la decisión del Ayuntamiento de Almonte. "Nosotros alquilamos terrenos privados para los vehículos de los hermanos", precisó; si bien mostró su solidaridad con las filiales, sobre todo porque son "las más pequeñas, aquellas que carecen de vivienda, las que se ven más afectadas".

En este conflicto la Hermandad Matriz del Rocío de Almonte ha ejercido de mediadora, canalizando estas quejas y trasladando al equipo de gobierno la idoneidad de dar marcha atrás a la medida. El presidente de la institución, Juan Ignacio Reales, jugó un papel crucial para revertir el "error" del equipo de gobierno y evitar un cisma de considerables proporciones.

En declaraciones a Huelva Información, Reales se mostró conciliador con la institución, si bien reconoció que las filiales le mostraron "su contrariedad, disgusto y oposición a un incremento de tasas inasumible", lo que ponía en riesgo su presencia en la próxima romería. De inmediato Reales presentó alegaciones que subrayaban el daño que este incremento de tasas podía generar, desde un punto de vista devocional y a los propios intereses del municipio.

Finalmente el Ayuntamiento adoptó el compromiso de aparcar la subida durante la romería de 2017 y aplicar un incremento del 15% en 2018. En cualquier caso, Reales explicó que, en su descargo, el Ayuntamiento "nos traslada que las tasas llevan cerca de 15 o 16 años sin regularizarse". Por eso vio como una buena medida de consenso que la subida se postergara de cara al próximo curso fiscal, pues "las hermandades ya tienen programados sus presupuestos" y el aumento podría comprometer sus finanzas.

La decisión no ha estado exenta de polémica política después de que el portavoz socialista, Joaquín Díaz, sentenciara que "es discutible que las hermandades paguen lo suficiente" como para cubrir los servicios que pone a disposición del ciudadano el Ayuntamiento de Almonte. En consecuencia, justificó la postura como un ejercicio de "equidad", puesto que si el valor catastral del suelo se ha visto notablemente incrementado, es lógico que "quien lo vaya a disfrutar lo vea incrementado". Del mismo modo, insistió en que aplicando el principio de aritmética el Ayuntamiento estaría legitimado a subir el metro cuadrado hasta 13,62 euros.