Huelva

'Absolut' Guerrero

La piel que habita Guerrero es un chaleco antibalas: "Los tauro nos crecemos cuando nos atacan -advirtió la dama de hierro socialista en julio de 2010, cuando salió del armario electoral-. No me da miedo nada y tendré respuesta para todo". Con una excepción: las situaciones que escapan a su control. Por eso, desde el minuto uno, Petronila Guerrero (Conil de la Frontera, 1953) trató de amarrar su barcaza de salvación, moviendo sus hilos supra-provinciales. Aunque en la resaca del 22-M, después de su inquietante silencio de 48 horas, asegurara en la performance de cámaras y micrófonos que estaría cuatro años en el banquillo de la oposición del Ayuntamiento de Huelva para presentarse a alcaldable en 2015 y "trabajar por Huelva".

Duró dos Plenos, con el gesto ausente en el debate, teledirigiendo el cotarro entre el móvil y el ipad.

En tres décadas que llevaba en estos ruedos, no había asumido un riesgo electoral como el de enfrentarse al popular Pedro Rodríguez, al que todavía le quedó gasolina este 22 de mayo para revalidar la Alcaldía después de 16 años de Gobierno. Algunos incluso lo entendieron como un suicidio político, o un sacrificio al que le empujaban los suyos.

Lo que ayer se anunciaba en el chalé del Conquero fue, pues, la crónica de una maniobra anunciada: Guerrero, pura sangre, se forjó en estas artes marciales y torres más altas vio caer. En una época en la que los despachos políticos sólo olían a Barón Dandy, se abrió un hueco y cuotas de autoridad, ganando pulsos, en una conquista de cumbres orgánicas e institucionales, auspiciada, entre otros, por el apoyo de Chaves y Pizarro.

Dicen en sus propias filas que la jefa del PSOE de Huelva ya nació (no se hizo) en esa suerte de divismo político, la erótica del poder. Su torre de marfil no casa con gobiernos en minoría, como el que le deparó el batacazo de su partido en las municipales.

De esta almenara de la Diputación -donde la oposición le reprocha los despilfarros de la legislatura del Hotel París, pese a su proclama de austeridad- salta ahora a su colchón del Senado, retiro-prejubilación dorada para algunos, patada hacia arriba para otros, en cualquier caso, premio de consolación que aguardaba a la veterana socialista en caso de fallar el penalti del 22-M. Evasión o victoria.

Aquella campaña, todavía humeante, tenía un himno extraoficial que descartó la candidata, a favor del de La Clave: "Petro-Petro-Petro-Petronilaaaaa, hasta tu apellido es Guerreroooo", decía la pegadiza canción de Serafín Por Dios, dando a la alcaldable una pátina de superheroína vintage. Y daba en la tecla, porque el mesianismo político -la campaña en defensa de la imagen de Huelva, la bandera del aeropuerto y el AVE (fiasco de Calatrava aparte)- vertebró toda la puesta en escena de Guerrero como mandataria de la Diputación y, desde los comicios de 2007, antagonista subliminal de la marca 'Perico Rodri'.

Este rumbo a la Cámara Alta corona una trayectoria que arrancó en 1976 con la militancia de Petronila Guerrero en el partido del puño y la rosa. Desde entonces, ha escalado hasta cargos orgánicos como la Presidencia del PSOE andaluz, aparte de la Secretaría de Organización y de Administración de la Comisión Ejecutiva Provincial del partido o la Secretaría de Comunicación del aparato regional. En la actualidad es miembro del Comité federal socialista y del Comité Director del PSOE andaluz.

Aparte de (ser la primera) presidenta de la Diputación Provincial de Huelva -cargo que actualmente compagina con el de presidenta de la oposición socialista en el Ayuntamiento de la capital, teniendo que abandonar ambos sillones con su anunciada candidatura en las generales-, esta dirigente ha ostentado varios cargos en el Parlamento andaluz, entre ellos la Vicepresidencia Segunda, y fue edil en Huelva en 1983, primera teniente de alcalde de Aljaraque en dos legislaturas, vicepresidenta de la Cámara provincial durante dos mandatos, diputada andaluza por Huelva. Cargos a los que se suman, entre otros, la Vicepresidencia de Cajasol desde 2009, como ya lo fue de su embrión onubense, la Caja de Ahorros, entre 1983 y 1991.

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