La pasión que siente por su trabajo como modelo es la clave para que, poco a poco, se afianze cada vez más en ese mercado. Así, convertida en un rostro popular, es lógico que el interés sobre Elisabeth Reyes traspase las pasarelas alcanzando cuestiones personales como sus romances con Sergio Ramos o Fran Rivera. Ahora se rumorea su acercamiento al futbolista Alexis Ruano, con quien, al parecer, comparte algo más que sus orígenes.

-Da la sensación de que, en los últimos tiempos, visita todavía más Málaga...

-(Risas) No creas. Siempre que puedo, me escapo. Es mi refugio.

-¿Algún rincón que, cara a estas fechas, nos recomiende allí?

-Maracas. Es un chiringuito en la playa con camas libanesas. Un lugar tranquilo y agradable.

-¿Le dejamos descansar los de la prensa?

-Bueno… Ahí voy (risas). En realidad, aparte de los siete mil novios que me sacan, siempre se me ha respetado.

-Por lo pronto, creo que le toca el turno a Alexis…

-Es una persona que he conocido y a la que aún no puedo ponerle etiquetas. Sólo decirte que es alguien maravilloso.

-Lo que sí parece que prefiere los chicos deportistas y guapos, ¿verdad?

-No creas. ¡Todos los que me gustan son feos! (risas). Me llama más una persona atractiva que guapa y, especialmente, que me mime, me trate como una reina y me haga reír.

-¿No le hacen llorar?

-Todos los hombres me han hecho llorar. Soy muy llorona. No he tenido suerte en el amor… A lo mejor me enamoro de quien no debiera.

-¿Y usted? ¿No ha roto el corazón de nadie?

-No. Siempre a mí. Soy una mujer muy sencilla y humilde. Cuando estoy con alguien, lo doy todo.

-¿Por qué no va a programas 'rosas'?

-Porque no me agradan. Vivo de mi trabajo y no quiero ser conocida por mis relaciones. Yo no tengo la culpa de enamorarme de un futbolista. Aparte, son gente que conoce la profesión y con la que es más fácil entenderse.

-Resulta difícil entender qué hace "una chica como tú en un sitio como éste"…

-No lo sé (risas). Todos me preguntan eso… Un día gané un concurso de belleza. Me siento fenomenal cuando me subo a una pasarela. El mundo de la fama es lo que llevo peor. He llorado mucho por eso aunque muchos que me quieren me impulsan a seguir. ¡Y no pienso abandonar! (risas).