Pasarela

Melania Trump sí se decanta por Europa

  • La mujer de presidente estadounidense no aplica en su armario la política proamericana que defiende su esposo y recurre a la moda europea para grandes ocasiones.

Con sólo echar un vistazo a las redes sociales de Melania Trump y ojear en las revistas cuáles fueron los diseños que escogió la ahora primera dama americana en las galas y eventos a los que acudió como invitada antes de que su marido se adentrara en política, es fácil darse cuenta de que su armario tiene poco de ese patriotismo de barras y estrellas que tanto pregona Trump. Chanel, Gucci, Yves Saint Laurent, Alexander McQueen o Lagerfeld, todas nacidas a este lado del charco, son algunas de las firmas en las que ha confiado hasta ahora para las grandes ocasiones la esposa del nuevo presidente americano. Está claro que en cuestión de estilo, Melania no es capaz de vivir de espaldas a Europa y prefiere mirar a otro lado respecto a los patrones pro-USA que tanto ha pregonado en campaña su marido.

Que la mujer de Donald Trump se va a convertir en un icono de estilo para las americanas, como hasta ahora lo ha sido Michelle Obama o en su día lo fue Jackie Kennedy, es obvio. Sólo hay que ver que los modelitos que ha lucido durante la campaña han tardado muy poco en agotarse en internet, como sucede con otras it-ladys de la realeza o la política, como Michelle o Catalina de Cambridge, por ejemplo.

Hay que tener en cuenta, no obstante, que en el caso de que Melania quisiera aplicar a su armario la política patriótica que defiende su esposo no lo iba a tener del todo fácil, ya que muchos de los grandes diseñadores estadounidenses dieron la espalda a Trump y se declararon prodemócratas, llegando incluso a recaudar fondos a favor de la campaña de Hillary Clinton. En este grupo se incluyen, entre otros, firmas y diseñadores de primer nivel, como Calvin Klein, Donna Karan, Michael Kors, Vera Wang, Marc Jacobs o Diane Von Fustemberg.

En cambio, otras grandes firmas americanas que han preferido quedarse al margen de la polémica, como el caso de Ralph Lauren, han encontrado pronto un sitio en el ropero de Melania en esta nueva etapa hacia la Casa Blanca, como el mono blanco de seda de 4.000 euros con el que acompañó a su esposo el día que se alzó como nuevo presidente de EEUU.

Con o sin modistos europeos en su armario, lo que está claro es que el estilo que presenta ahora la primera dama americana no se parece en absoluto al que lucía cuando empezó a ser conocida en América. Cuando conoció a Donald Trump, la modelo lucía unos escotes de vértigo y le encantaban las transparencias y los brillos. Basta recordar el vestido de Dior con el que dio el sí quiero al magnate en 2005 para darse cuenta cómo ha cambiado su gusto desde entonces. Tuvieron que pasar unos cuantos años para empezar a ver la transformación de Melania: las faldas fueron alargando su tamaño a la vez que subían sus escotes y los brillos y encajes dejaron de tener protagonismo para dar paso a una figura mucho más estilizada y discreta, como se ha presentado en la última campaña.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios