Elecciones

Huelva sigue siendo granero para el PSOE y estrés para Valderas

  • La debacle andalucista favorece un ligero avance del PP en el Parlamento andaluz · Al cierre de esta edición, el candidato de IU por Huelva tenía prácticamente garantizado el escaño de supervivencia

En Huelva todo lo que estaba en juego en la batalla apuntaba al marcador del Parlamento andaluz, con nuevas constantes vitales: destierro radical del andalucismo, a favor de un PP que, con todo, no logra recuperar los cinco diputados que atesoraba antes de que la movilización del 11-M volteara en 2004 todas las previsiones. Los socialistas revalidan en Huelva su victoria, y el escaño que se pierde en el camino se convierte en el aval de supervivencia de Diego Valderas, que regresa al Hemiciclo habiéndoselo jugado todo a una carta y deviniendo casi en un cadáver político. Una supervivencia que al cierre de esta edición estaba prácticamente garantizada, pendiente aún de cierre el escrutinio.

Las claves del nuevo triunfo socialista se han atribuido, aún sin distancia para el análisis, a un colchón de participación del 70%, justo el umbral que acomodaba la reválida al gabinete de Zapatero. Ha sido fértil para el PSOE la movilización en campaña y se advierte que asimismo el discurso sobre la inmigración, toda vez que el voto inmigrante se ha triplicado en Huelva en el último cuatrienio.

Con el 75% de los votos escrutados al cierre de esta edición, los onubenses habían otorgado su confianza a la candidatura que en la provincia encabezó Cinta Castillo en un 52,7%, con un total de 108.672 votos; frente a los 70.474 sufragios que apoyaron la alternativa popular (34,2%), la lista que en Huelva encabezó el alcalde de la capital, Pedro Rodríguez. La IU de Valderas se aferró al escaño (un puesto que hasta avanzado el escrutinio estuvo bailando entre las formaciones mayoritarias), con 16.248 votos. El bollulero (en plena crisis interna del partido, y con la soga al cuello) atinó finalmente presentando su candidatura a la Presidencia de la Junta de Andalucía desde la circunscripción onubense, si bien en su pueblo natal venció el PSOE.

En las generales, con lupa se vio la victoria de Zapatero, dejándose notar en las distancias el temido efecto boomerang del 11-M: el PSOE pierde en Huelva 14.000 votos respecto a 2004, y el PP gana 3.000. La distancia que en los últimos comicios generales fue de 25 puntos porcentuales entres los dos partidos mayoritarios, se acorta ahora en 4 enteros.

El voto al Congreso de los Diputados se ha saldado en Huelva con un apoyo mayoritario al PSOE que, en términos porcentuales, sólo resta tres décimas al 56,1% obtenido por la candidatura de Zapatero en 2004. La debacle andalucista ha favorecido al PP con una mayor cuota de sufragios, si bien el reparto de escaños repite en el Hemiciclo el marcador que lleva congelado desde hace 15 años: tres escaños para los socialistas y dos para el PP.

Javier Barrero, la cabeza visible del PSOE onubense, revalida su cargo institucional en la Cámara baja, de la que ha formado parte en las últimas ocho legislaturas. Volverá a acompañarle como diputada Fátima Aburto y José Oria, que en las últimas elecciones dieron el salto desde las listas del Senado. Representarán al PP onubense en el Congreso la economista Fátima Báñez -que en el último cuatrienio ha sido portavoz de presupuestos del PP en la Cámara- y el alcalde de la Palma del Condado, Juan Carlos Lagares, senador en el la etapa saliente.

En el destierro y sin escaños se quedan las formaciones minoritarias, eso sí, con un nuevo podio configurado por la irrupción del partido de Rosa Díez, que en la provincia de Huelva ha obtenido más de 2.200 votos, colocándose como quinta fuerza política por delante de Los Verdes y detrás de un andalucismo técnicamente extinto. La Izquierda Unida de un Llamazares en retirada, fagocitado por el creciente bipartidismo, cosechó en Huelva apenas 13.000 papeletas.

En el Senado se mantiene el reparto de las últimas legislaturas con tres escaños socialistas por Huelva y uno para el PP.

En la Cámara de representación territorial revalidan sus puestos desde el PSOE el alcalde de Almonte, Francisco Bella y la veterana Maite Camacho, incorporándose como senador el ex presidente de la Diputación y alcalde de Valverde, José Cejudo. Como senador del PP, el que fuera parlamentario andaluz Matías Conde coge el testigo de Lagares.

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