Cultura

Gutiérrez Aragón abre con una cinta sobre terrorismo la XI edición del Festival de Cine

  • 'Todos estamos invitados' refleja el drama que vive un profesor universitario, interpretado por José Coronado, perseguido por ETA. Paralelamente, Óscar Jaenada es un miembro de la banda que pierde la memoria tras un accidente

El director Manuel Gutiérrez Aragón presentó hoy en el 11 Festival de Málaga la película 'Todos estamos invitados', una historia que habla "del miedo y la dignidad, no de héroes" en el País Vasco. La cinta será la que se proyecte en la gala de inauguración de esta muestra de cine español, que tendrá lugar esta noche en el Teatro Cervantes de la capital malagueña.

Josu Jon (Óscar Jaenada) es un joven terrorista que resulta herido al saltarse un control de la Guardia Civil después de haber incendiado un camión y pierde la memoria. Es ingresado en un hospital penitenciario, a la espera de que la justicia decida su futuro.

Serán otros internos, miembros de su misma organización, los que le ayuden a recordar que él es un activista y que pronto podrá reincorporarse a la lucha si consigue salir de la cárcel.

Mientras tanto, los sucesos siguen en el País Vasco. Xabier (José Coronado) es un profesor de universidad que es amenazado por sus opiniones, muy críticas sobre la situación en Euskadi, amenazas que cada vez se irán agravando más.

Según Gutiérrez Aragón, 'Todos estamos invitados' refleja la vida de los amenazados, "que no salen tanto en la prensa" si no tienen un fin trágico. Para el también coguionista de la cinta, lo más complicado de este trabajo ha sido trenzar la historia de un señor amenazado y de un etarra, algo que, tal y como destacó, se logró gracias a Ángeles González-Sinde, la otra coguionista, que asistió a la rueda de prensa sentada entre los periodistas.

"Mi punto de vista respecto a la historia es el que representa Francesca", novia italiana de Xabier (interpretada por Vanessa Incontrada), porque, tal y como expuso, sólo alguien de fuera puede sorprenderse con esta situación.

Asimismo, resaltó que "el mensaje de la película es que mientras haya una persona amenazada nadie puede ser libre". Por otro lado, aseguró no haber sentido miedo al realizar este trabajo porque "ahora soy muy mayor y no tengo miedo".

De otra parte, Gutiérrez Aragón expuso que "lo que más me sorprende es que la gente mira a otro lado, y dice que si mira a otro lado, no pasa nada". "Eso me interesa más que denunciar la barbarie" terrorista, algo que, a su juicio, "ya está denunciadísimo".

En este sentido, explicó que han rodado en San Sebastián, incluso en la parte vieja, "que es la más conflictiva", y "mucha gente se ha acercado a decirnos que era estupendo que hiciésemos la película", eso sí, "en voz baja".

José Coronado también negó haber sentido miedo: "Hasta ahí podríamos llegar", sentenció. En este sentido, afirmó que como persona siempre ha estado dispuesto a ponerse detrás de una pancarta que abogue por la no violencia, "y más como actor".

Para el actor, su objetivo era hacer un personaje contenido porque "en ningún momento he querido hacer un héroe, sino una persona normal". Además, apuntó que este trabajo le ha hecho ser más consciente de "algo de lo que antes no lo era", ya que hasta que no hizo esta película "no me di cuenta de que el 95 o el 98 por ciento de la sociedad vasca está amenazada".

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