España

Las secuelas de Guantánamo impiden a Garzón investigar a dos islamistas por el 11-S

  • Abú Anas y Omar Deghayes estaban acusados de pertenecer a la célula española de Al Qaeda liderada por Abú Dahdah.

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha archivado la causa abierta en España contra dos acusados de pertenecer a la célula vinculada a Al Qaeda liderada por Iman Eddin Barakat Yarkas, alias 'Abu Dahdah', al considerar que su estancia en la prisión de Guantánamo, en la que permanecieron cinco años, les ha provocado una depresión con tendencias suicidas que "hace imposible, por inhumano", continuar adelante con la investigación.

Según un auto del magistrado, hecho público hoy, los informes médicos remitidos al juez sobre los dos acusados -Jamiel Abdullatif Al Banna alias 'Abu Anas', y Omar Deghayes- evidencian que sufren, además, lesiones como artrosis en muñecas y rodillas, ceguera o fracturas en diversos huesos.

La estancia de ambos en Guantánamo y otras prisiones desconocidas en Gambia, Afganistán o Pakistán, "en condiciones inhumanas" donde se les ha sometidos "a torturas y otros malos tratos" han desembocado en "un deterioro progresivo de su sanidad mental" que ha alcanzado "límites preocupantes", dice el juez.

El informe médico en el que el magistrado basa su decisión fue emitido por el hospital londinense Harrow Road Health Center y cuenta con el aval de dos médicos forenses adscritos a la Audiencia Nacional.

En él se indica entre otros detalles que el mayor temor de 'Abú Anas' es "que le separen de nuevo de su esposa y sus hijos". "Si ese temor se convierte en realidad su estado mental sufriría un deterioro tan agudo que (...) habría un alto riesgo de suicidio", dice el informe.

Este diagnóstico se repite en el caso de Deghayes, del que se dice que sufre "depresión severa con ideación suicida". "Otro periodo de encarcelamiento e interrogatorios incrementarán el riesgo de que su salud mental se deteriore hasta tal punto en el que no podría cuidar de sí mismo".

Los forenses españoles han concluido -según indica el auto- que las secuelas físicas de ambos "no pueden ser discutidas" y que las psíquicas han creado "un antes y un después en la vida de los afectados". "La recuperación es incierta y en muchos casos imposible", destacan.

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