España

Un luchador antifranquista

  • Fue ministro de Cultura en los gobiernos del ex presidente González tras su exilio durante la dictadura en París y Bucarest, donde siguió combatiendo al régimen

El ex ministro Jordi Solé Tura pasará a la historia por ser uno de los siete padres de la Constitución y lo hará también como uno de los dos ponentes catalanes de la Carta Magna de 1978, junto a Miquel Roca, erigiéndose en el que aportó el ángulo más izquierdista en la elaboración de la ley fundamental.

El fallecido Solé Tura será recordado también como un histórico militante antifranquista en la clandestinidad, y un importante miembro de Bandera Roja, del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC) hasta 1986, y del PSC desde 1989. El Gobierno socialista de Felipe González le nombró ministro de Cultura, labor que desempeñó entre 1991 y 1993.

Solé Tura nació en la localidad barcelonesa de Mollet del Vallés en 1930, donde fue panadero en sus años de juventud, para después licenciarse en Derecho en la Universidad de Barcelona (UB) con Premio Extraordinario. Con espíritu de superación, acabó como decano de Derecho en la UB.

En 1967 publicó su tesis doctoral Catalanismo y revolución burguesa, una interpretación marxista del pensamiento de Enric Prat de la Riba y del papel histórico del catalanismo que levantó cierta polémica. Entre otras obras, publicó el Ideari de Valentí Almirall, Introducción al régimen político español y Diccionario del Comunismo.

Solé Tura perteneció al grupo Bandera Roja y después fue uno de los intelectuales más relevantes del PSUC, donde ingresó en 1957, alineándose con las posiciones eurocomunistas.

En 1960, en plena dictadura franquista, tuvo que exiliarse debido al aumento de detenciones de comunistas catalanes, lo que le permitió ampliar sus estudios en la célebre Universidad parisina de la Sorbona.

En 1966, sin embargo, fue detenido por participar en la Caputxinada -la asamblea antifranquista que se hizo en la sede de los Capuchinos de Sarriá, en Barcelona-, por lo que fue expulsado de la universidad. En 1969 fue nuevamente detenido, condenado a seis meses de cárcel y a pagar diversas multas debido a sus actividades políticas.

Fue diputado del PSUC por Barcelona en las Cortes en 1977 y en 1979, época en la que desempeñó su papel más conocido como ponente de la Constitución de 1978 y, al año siguiente, como ponente del Estatuto de Cataluña de 1979.

En 1983 fue elegido concejal de Barcelona por el PSUC, cargo que abandonó pronto. Ya en 1988, participó como independiente en la lista electoral del PSC a las elecciones al Parlamento de Cataluña y fue designado senador en representación de la Cámara catalana. Fue diputado en el Congreso en 1989, época en la que fue ministro de Cultura con Felipe González, y de 2000 a 2004 fue senador de la Entesa Catalana de Progrés.

En la cartera de Cultura fue precedido por Jorge Semprún, relevándole la también socialista Carmen Alborch. Entre sus logros más recordados está la inauguración del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.

Solé Tura alternó su carrera política con la universitaria, participando activamente en el movimiento de profesores de universidad. Entró en la UB como profesor adjunto, consiguió la Cátedra de Derecho Constitucional, y en 1985 fue nombrado decano de la Facultad de Derecho. Se retiró de la vida política al diagnosticársele alzhéimer, enfermedad que su familia hizo pública en 2007.

Su hijo realizó entonces un documental sobre su vida y su enfermedad, Bucarest, la memoria perdida, título que evoca su exilio en general y, en particular, su contribución a la clandestina Radio Pirenaica, con sede secreta en Rumanía.

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