Análisis

Tan lejos, tan cerca

LOS asturianos han tenido que ir a las urnas dos veces en diez meses para elegir presidente y las reelecciones del domingo sólo han servido para certificar la supremacía de Cascos en la nueva derecha del Principado, condenada a entenderse -como admite el ex dirigente popular y como intuye el resto del planeta- para cerrar la llave de paso al poder al más respaldado de nuevo, el PSOE. Salvo milagro y que en el escrutinio de mañana del voto de los emigrantes se le aparezca a Javier Fernández otro escaño más, que privaría de la mayoría absoluta a los de las peleas cainitas, aunque les quedaría el último cartucho: UPyD. Como en Andalucía, el partido ganador está en minoría y su destino servido, la oposición; apelar al respeto a la lista más votada es otra entelequia que palidece ante el voraz apetito por el poder. Estas elecciones han servido para constatar el declive del Foro Asturias de Cascos, que ha perdido tres escaños en beneficio de PSOE, IU y UPyD, y más de 65.000 votos respecto a su entrada en tromba en las urnas en mayo de 2011., aunque sigue liderando el ala derecha astur. El PP mantiene el tipo, después de que Mercedes Fernández, Cherines para los íntimos, tomara el testigo de Isabel Pérez-Espinosa, posiblemente un guiño al líder de Foro -han compartido mucho, Cascos la llama Cherines- para hacer factible ese acuerdo imposible en lo que va de legislatura. Un desencuentro que se visualizó con toda crudeza cuando el PP apoyó la enmienda a la totalidad del PSOE contra los Presupuestos de Cascos el pasado 25 de enero. La derecha no se entendía pero todo apunta a que sabrá mecer sus odios africanos en la dulce condena del poder. Para este viaje no hacían tantas alforjas. Los asturianos se podían haber ahorrado una pasta y unas cuantas molestías entre actos y broncas de campaña. El Foro y el PP esta vez pactarán. Natural. Son los mismos.

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