cristina almeida · Abogada y política

"El techo será de cristal, pero el suelo es pegajoso"

"El techo será de cristal, pero el suelo es pegajoso"

"El techo será de cristal, pero el suelo es pegajoso" / lourdes de vicente

-Días después del 8-M, ¿se esperaba el éxito de la convocatoria?

-Me lo olía: el 7-N ya había sido muy importante como movilización. A mí no me cogió con el paso cambiado, como a los sindicatos, por ejemplo.

-A sindicatos y a partidos, incluso al Gobierno: que una ministra de Igualdad tenga reparo de etiquetarse como feminista muestra la desconexión del pulso social.

-O que aún haya alguien que diga que es femenina y no feminista. Femenina es lo que ellos quieren que seamos, y feminista lo que queremos ser. La manifestación pasó por delante del Ministerio con la proclama: "No se ve, dónde está, la ministra de Igualdad". O cuando llamaban (erróneamente, además) a la huelga a la japonesa, ese insulto. O que no se unían a la convocatoria porque estaba hecha bajo el color morado, el de Podemos, razonamiento que indica una incultura radical. Había de todo, las 800 mujeres que han ido de expedición al Ártico, el manifiesto de las 6.000 periodistas, las jóvenes... Trasluce un movimiento imparable: no se habían enterado de lo que tenían ante las narices, y es que estamos hartas y la situación ya nos arde. La libertad es lo que vivimos el 8M.

Femeninas es como ellos quieren que seamos; feministas es como nosotras queremos ser"

-La pregunta es cómo hacer para que todo eso no se quede sólo en una serie de imágenes históricas.

-Hay cosas que aún se pueden regular a nivel legal, porque nos temen libres. Aún existen anuncios de prostitución o se pueden comprar el cuerpo, con el alquiler de úteros. También existen cuestiones relativas a la visibilidad y el poder. Como decían, el techo será de cristal, pero el suelo es pegajoso. En otros casos no puedes hacer un decreto ley: ahí es donde está el cambio profundo.

-Está muy implicada en el tema de la memoria histórica. Tras las reticencias a su aplicación y ampliación, hay algo más que una cuestión de imagen.

-De historicidio la definen algunos, cuando lo que ha habido aquí es una versión uniforme, de rodillo. Que seamos el segundo país con más fosas tras Camboya y no se haga nada al respecto no lo entiende nadie. Los nietos de los muertos no se callan, porque es una cuestión de dignidad. Estamos hablando, además, de héroes y heroínas de la democracia, que se opusieron a un golpe militar. La española iba camino de ser una de las sociedades más avanzadas de Europa, la República aprobó la igualdad ante los hijos, el divorcio... Luego, el miedo en este país fue tremendo: sólo empezó a perderse t ras el fracaso del 23-F; cuando murió Franco, la gente no cambió el chip y de inmediato votó socialista.

-Hay otras cosas que fuera tampoco se entienden, como que exista la Fundación Francisco Franco.

-No hay una fundación Adolf Hitler, no hay monumentos a Hitler. Y luego hay cuestiones como el pazo de Meirás: claro que no quieren devolverlo, si tienen que devolver eso, lo mismo a alguien se le ocurre que también tienen que devolver todo lo demás...

-Un antropólogo me comentaba que recuperar los restos de un desaparecido supone un ejercicio de redención. Un Poltergeist resuelto, por decir.

-Cuando se descubren esos huesos, se hace un diálogo con el pasado. Se establece entre generaciones un diálogo histórico muy importante, se normaliza la historia.

-Ha vuelto a surgir el tema de la prisión permanente revisable.

-Existe esa falsa creencia de que aquí los condenados entran por una puerta y salen por la otra, cuando en España se cumplen mucho más las condenas que en otros países que tienen la cadena perpetua. Se habla desde la ignorancia, con un gran dolor, que es comprensible, aunque soportemos anacronismos como los indultos papales o por Semana Santa... Si hay un sistema que no quiero, es ese. Muchas veces, ante casos terribles como el de este niño, me dicen: ¿es que no eres sensible? Precisamente porque soy sensible quiero que la gente tenga derechos: aquello que decía Concepción Arenal de odiar el delito y compadecer al delincuente. Eso no quiere decir que no haya medidas cautelares para después de la prisión o que no se puedan abrir ciertos debates. Y recordemos que la permanente revisable no surge de los tribunales: la apoyó por mayoría el PP sin contar con nadie. El odio es algo propio de la justicia primitiva, yo creo en la justicia del derecho. No puedo cambiar mi forma de pensar.

-Amnistía Internacional ha sacado un informe en el que dice que la libertad de expresión se encuentra comprometida en España.

-Es el retroceso inevitable de la Ley Mordaza: delitos que computaban como faltas pasaron a ser competencia de Interior. Siempre he dicho que no me gustan las banderas porque han terminado dándome con el palo, y ya vemos lo que ha dicho Estrasburgo al TC sobre quemar la foto de los reyes. Casualmente, estas cosas implican todo lo relativo a herir sentimientos religiosos y demás y, también, casualmente, todo el que se siente soliviantado responde al mismo perfil.

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