Sobrina-nieta de Juan Ramón Jiménez

"Antes no había interés editorial en Juan Ramón porque caía mal"

"Antes no había interés editorial  en Juan Ramón porque caía mal"

"Antes no había interés editorial en Juan Ramón porque caía mal"

-En los últimos meses no paran de editarse obras de Juan Ramón Jiménez. ¿Hay un boom literario?

-Antes no había ningún interés editorial en Juan Ramón y por eso nosotros no podíamos publicar sus libros. Pero ahora (el año que viene se cumplen 60 años de su muerte) las editoriales sí muestran interés.

-¿Por qué antes no?

-Juan Ramón era un poeta que caía mal y la gente no se acercaba a su obra. Los del 27 lo criticaron mucho y le colgaron una serie de sambenitos. A través del trabajo y de las charlas se han ido desmontando los tópicos vertidos sobre él, sobre todo por la Generación del 27, a quienes enseñó, protegió y publicó sus primeras cosas.

-¿La clase académica le dio la espalda al poeta?

-Estaba hasta mal visto defender a Juan Ramón. Trapiello lo dice siempre en sus conferencias: que se iba a degüello con Juan Ramón. En el antiguo Bachillerato te daban a elegir entre Machado o Juan Ramón y todos los profesores escogían al primero. Así poco avanzamos. Ha habido un veto prácticamente de las universidades. Date cuenta que toda la Generación del 27 se metió en las universidades a dar clases. Se creó algo contra él y la gente no entraba en su obra.

-En todo caso, ¿no cree que obra y personalidad deben desligarse?

-Él no era como decían pero, si lo hubiera sido, ¡qué más da! Lo importante son sus obras. Aparte, nadie que tratase personalmente o que rodeara a Juan Ramón ha hablado mal de él. Otra cosa son los demás. Por ejemplo, su íntimo amigo Juan Guerrero, Zenobia, Ricardo Gullón, Graciela Palau de Nemes... Sin embargo, mujeres e hijos de Picasso han escrito libros poniéndole verde, pero lógicamente nadie deja de admirar su obra, ya fuera su personalidad de una forma u otra.

-Este año ha caído en Selectividad El viaje definitivo.

-Sí, pero la gente no lo elige porque Juan Ramón es difícil y si a los estudiantes no se les inculca que lo estudien...

-En Puerto Rico, sin embargo, hablan maravillas.

-Allí la gente se extraña de la visión que hay aquí. Lo adoró todo el mundo. Yo he viajado muchas veces y los he conocido a todos. A los médicos que le trataron, su enfermera, la gente de la universidad, los profesores, las chicas de la sala... No se lo explican porque aseguran que era encantador.

-¿Usted recoge los frutos del trabajo de su padre?

-Ha costado mucho trabajo y esfuerzo. Mi padre tuvo una dificultad enorme para poder editar. Escribíamos a las editoriales y nos decían que no les interesaba. Mi padre murió con mucha pena porque creía que su trabajo no había servido para nada. Pero sí, ahora yo recojo esos frutos de su trabajo. Ha sido una labor continua. Una lucha en el silencio, trabajando y transcribiendo. Yo soy muy pesada y sigo adelante hasta que me digan que sí. Insisto, y si no lo logro, llamo a otra puerta. No me doy por vencida.

-¿Juan Ramón ocupa el lugar que merece?

-No, aún no. Queda mucha obra pendiente como para que se le pueda juzgar en su totalidad. Se le juzga parcialmente porque no se conoce toda su obra, aunque hemos avanzado mucho.

-Está aprovechando la oportunidad que se ha abierto.

-No puedo perderla. Hemos tenido tantos años en los que se nos han cerrado las puertas que, ahora que se me abren, ¿voy a decir que no? Me meto de cabeza. Sea un libro o veinte. "La rosa nunca cansa", dijo Rocío Fernández Berrocal en la presentación de Historias.

-¿Se pone metas?

-No me las pongo. Mi padre me hacía jurarle que iba a publicar todo. Pero le decía que no podía jurarlo porque para ello necesitaría 300 años. Pero yo lo intento y lucho por ello. Ahora saldrá una edición de Diario de un poeta recién casado que se presentará en el congreso de noviembre con 80 textos inéditos.

-¿Cuánto queda inédito?

-Hasta que no esté todo catalogado y ordenado ni lo sabremos.

-¿No está catalogado?

-Ni siquiera está digitalizado el archivo de Madrid, solo lo está el de Puerto Rico y no al completo. Además de digitalizar, después hay que catalogar porque las carpetas están desordenadas. Y eso de Puerto Rico, unirlo con una posible digitalización del fondo de Madrid. Todavía queda.

-Las continuas revisiones que el poeta hizo de sus poemas dificulta aún más la labor.

-La gente puede pensar que la primera parte de su obra está en Madrid y la segunda en Puerto Rico, pero no es así. Él pedía que le mandaran carpetas y hay poemas de todos los libros aquí y en Puerto Rico.

-¿Qué les diría a quienes tienen prejuicios con Juan Ramón?

-En primer lugar, que no se preocupen tanto de la persona, sino que lean la obra. Y una vez que la lean, que emitan un juicio. Y si les interesa saber cómo es la persona, que acudan a quienes tienen esa información y que lean los libros de quienes le trataron personalmente.

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