Calixto Sánchez . Cantaor.

"Todos los flamencos somos divos"

  • "Soy de la opinión de que todo lo que tenga categoría que se le arrime al flamenco es bienvenido", expresa el artista.

Calixto Sánchez.

Calixto Sánchez.

-Usted inicia su trayectoria artística en los años 60. ¿Cómo era el flamenco que se respiraba entonces en los pueblos de Andalucía?

-Era un flamenco muy clásico, muy popular y muy de aficionados. Había muy pocos medios para que pudieras tener conocimiento de lo que se había hecho. En mi pueblo, Mairena, había mucha gente que cantaba. Y se cantaba sobre todo por soleá, por seguiriya, por fandangos, por toná y por saeta. Es un pueblo de tierra adentro y por consiguiente se hacían cantes duros: es lo que se ha hecho toda la vida. Yo me crío en el bar de mi padre y allí escuchaba a la gente cantar con muchísima frecuencia. Y eso es quizá lo que me abre una puerta que yo no sabía que estaba ahí.

-¿Usted empieza a cantar en el bar?

-No. Yo había hecho algunas cosas antes en algún bautizo..., pero la primera vez que yo canto de verdad, con compromiso de cantar, fue en el concurso de Mairena del año 65. Me preparo dos cantes, me presento y lo gano. Descubro un mundo que yo desconocía. Empiezo a estudiar las letras del flamenco, los cantes..., entro en un mundo nuevo, porque en el flamenco una cosa es escuchar y otra meterte dentro.

-Gana usted el certamen con cantes de Levante...

-Sí, el premio era por malagueñas y cantes de Levante.

-¿Por qué esos cantes?

-Sencillamente porque, como no tenía ni idea de lo que cantaba, los cantes de Levante me parecieron más fáciles, y resulta que son muy complicados. Yo cogí una grabación de Antonio Mairena en la que había una malagueña de El Mellizo y otra de Pastora Pavón que tenía una cartagenera de Chacón. Y me las aprendí hasta con los ruidos del disco. Llegué allí y las largué, me salió muy bien y me dieron el premio.

-Y desde ese momento hasta su primer disco, ¿cómo se desarrolla su trayectoria?

-Empiezo a hacer concursos, sobre todo por la provincia de Córdoba, que es donde estaba la mayoría: Montalbán, Lucena, Fernán Núñez, Montilla... En casi todos los sitios me premiaban y eso me indicaba que iba haciendo las cosas más o menos bien. Hasta que llegó el festival de Granada del año 72. Lo gano y empiezo sin darme cuenta a cantar con los profesionales. Empiezan a llamarme los organizadores de festivales y entro en una promoción en la que estaban Camarón, Diego Clavel, Curro Malena, Miguel Vargas... Éramos los jóvenes de aquellos momentos. Yo me defendía bien y en los años finales de los 70 hacía veintitantos festivales.

-¿Cómo se vivía el flamenco en aquellos concursos y festivales?

-Muy bien. Yo he tenido la suerte de conocer a Pepe el de la Matrona, ha cantado muchas veces con Mairena, con Juan Talega, con la Bernarda, la Fernanda, Perrate, con Fosforito y Menese... Yo hacía muchos festivales y tengo un buen recuerdo de todo aquello. Terminábamos muy tarde, teníamos la carretera..., pero éramos jóvenes y teníamos ganas e ilusión. Se me ha pasado el tiempo sin darme cuenta.

-¿Cómo era el nivel de los guitarristas?

-Muy bueno. A mí me acompañaba en muchos festivales Melchor de Marchena. Conocí a Ricardo pero no me acompañó nunca. Y a Manolo de Huelva, que era muy mayor, en un homenaje que se le hizo en el campo de fútbol de Huelva. No me saqué una fotografía con él: cada vez que me acuerdo me doy dos o tres latigazos, pero de vino [risas]. Me han acompañado muchas veces Paco Cepero, Enrique de Melchor..., muy buenos guitarristas. El último al que he llevado es Manolo Franco, guitarrista fantástico. También era muy bueno Pedro Bacán, que se mató en un accidente de tráfico. Merengue y Parrilla de Jerez también me acompañaron.

-Su trayectoria está muy ligada a esa unión del flamenco y la poesía...

-Sí, porque soy de la opinión de que todo lo que tenga categoría que se le arrime al flamenco es bienvenido. Pero hay que hacerlo con mucho cuidado y mucha dignidad. Cuando cantas un poema, si no lo vocalizas muy bien y no lo haces como lo tienes que hacer... Los poemas no se pueden mutilar, porque si los mutilas acabas con ellos. Las condiciones que yo me exigía eran: no mutilar el poema, vocalizarlo muy bien y meterlo en la clave flamenca, que era lo más difícil.

-¿Cómo ha cambiado la afición flamenca?

-Es complicado. Hay cantaores que tienen mucha fuerza en los medios, como fue la última época de Enrique Morente. Hay mucha gente que sigue a Morente o a Camarón. Lo más curioso de todo es que cuando los aficionados se presentan en un concurso no hacen cantes de estos artistas: hacen cantes clásicos. Se acuerdan de Mairena, de Caracol, de Marchena... De los nuevos no se acuerda nadie a la hora de concursar.

-¿Cuál es la personalidad más poderosa que ha conocido en el flamenco?

-No sé... Ten en cuenta que todos los flamencos somos divos. A mí me preguntan quién es el mejor cantaor y digo: "Yo". Mairena tenía mucha personalidad, una voz poderosa, un cantaor extraordinario. Juan Talega tenía ese aplomo, esa voz ronca... Camarón también tenía mucha personalidad. Cada uno es un mundo.

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